No tiene remedio
Es fácil caer en el error de pensar que los curas casados son más progresistas que los acérrimos defensores del celibato. Por ello, les agradezco la publicación el pasado día 24 de la entrevista a Evans David Gliwitzki, sacerdote católico y casado. Sus opiniones arrojan luz sobre el tema y nos hacen ver el error indicado al principio, pues por sus opiniones, por muy casado que esté el padre Gliwitzki, no deja de ostentar una mentalidad tan cerrada, machista e irracional como sus correligionarios célibes.
¿Cómo, si no, interpretar su "estoy muy en contra" como respuesta al ser preguntado por la posibilidad de que las mujeres puedan también ser sacerdotes? Lo que me extraña es que aún tantas chicas jóvenes acudan multitudinariamente a eventos como los vistos hace poco con motivo de la visita de Ratzinger a Alemania. Hay que tener mucha fe, y mucha moral, para seguir haciéndole el juego a una institución que claramente las considera inferiores a los hombres.
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