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Pie de foto / 8 de julio de 2005 | CULTURA Y ESPECTÁCULOS
Columna
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Ungüentos verbales

Juan José Millás

El icono del 7-J: una mujer cubriéndose la cara con una mascarilla quirúrgica que metaforizaba la ausencia de rostro de las víctimas londinenses. Mientras llegaba al hospital y los médicos se aprestaban a tratar sus quemaduras, los políticos y los analistas de aquí y de allá taponaban con remedios verbales las heridas del cuerpo social. He aquí los ungüentos que, en forma de discurso, aplicaron entonces y que continúan aplicando hoy porque los refuerzos intelectuales no llegan:

- "Pensar que si nosotros cambiamos ellos van a cambiar es una idea catastrófica", aseguró Blair. ¿Quería decir que "nosotros" podemos continuar invadiendo países y mintiendo sobre las razones de la invasión sin miedo a la respuesta? No lo aclaró, pero lo cierto es que en Irak, según los últimos estudios, han muerto, desde que él lo ocupara, 25.000 (veinticinco mil) civiles, que iban al mercado, a la oficina o la escuela. Los estudios no dicen cuántos se han quedado sin casa o sin piernas, pero sí que el 37% de esos civiles ha sido víctima del fuego de la coalición desplegada en Irak bajo el mando del ejército norteamericano.

- Al coincidir el 7-J con la adjudicación de los Juegos Olímpicos de 2012 a Londres, Ana Botella se apresuró a afirmar que Madrid los había perdido por culpa de la política exterior de Zapatero. No vio en su día ninguna relación causa/efecto entre la invasión de Irak y el 11-M, pero sí, meses después, entre la retirada de las tropas españolas y el fracaso de nuestra candidatura olímpica. Quiere decirse que los norteamericanos, que nos habrían negado su apoyo por un quítame allá esas pajas, serían más vengativos que los árabes, que mueren sin rechistar. Conviene añadir, ante el estupor que puede producir en los lectores esa finura intelectual, que Ana Botella hizo que se tambalearan las convicciones de muchos partidarios de las bodas entre homosexuales con una analogía vegetal que implicaba a las manzanas y las peras.

- El pueblo inglés ha sabido comportarse ante el 7-J. El español, en cambio, actuó de manera mezquina ante el 11-M. Ya lo dijo Acebes a las pocas horas de la masacre: "El que piense que no ha sido ETA es un miserable". Y lo pensó el 95% de la población (de la población mundial, por si fuera poco).

- El terrorismo actúa sin motivos, lo que no es incompatible con la afirmación, acto seguido, de que en Madrid actuaron para desalojar al PP de La Moncloa.

- La invasión de Irak no tuvo nada que ver con el 7-J porque los terroristas jamás actúan para reparar una injusticia, dijo Blair, aceptando, por debajo, que la invasión de Irak fue una injusticia.

- Irak no fue la causa, sino el pretexto (¿del mismo modo que las armas de destrucción masiva fueron el pretexto, no la causa?).

- El fanatismo religioso de Bin Laden y el de Bush no son comparables porque el Dios de Bush es el verdadero.

- Sólo nosotros tenemos derecho a calificar de "efectos colaterales" a los muertos civiles que caen bajo nuestras bombas porque somos los dueños del copyright de la expresión.

La mujer de la máscara se llama Davinia Turrell y tiene 24 años. Ignoramos cómo quedó su rostro, pero seguro que mejor que nuestra capacidad de raciocinio.

ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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