Identificar de forma indubitada los restos de los 17 militares llevó menos de 14 horas
Bono recurrió al equipo de la Guardia Civil que el PP se negó a utilizar en el 'caso Yak-42'
La identificación "indubitada y cierta" de los 17 militares muertos el martes en el siniestro de un helicóptero en Afganistán llevó menos de 14 horas al Equipo de Identificación de Catástrofes de la Guardia Civil. Trece miembros del mismo, con el capitán Expósito al frente, se desplazaron a Herat. Comenzaron su trabajo el miércoles a las 12.30 hora local (dos horas y media menos en la Península) y concluyeron hacia las dos de la madrugada del jueves. Este mismo equipo se movilizó para identificar a las víctimas del Yak-42, pero el Gobierno del PP optó por prescindir de sus servicios.
El jueves por la noche, tras la llegada de los 17 féretros al Hospital Militar Gómez Ulla, el capitán Expósito explicó a los 140 familiares los métodos utilizados para identificar a sus parientes. A continuación, detalló separadamente a cada familia su caso concreto. A los que quisieron, se les mostró una fotografía del cadáver y de los efectos personales que llevaba encima. Y los que aún albergaban dudas, pocos, pudieron reconocerlo personalmente. Todos quedaron satisfechos y ninguno reclamó la realización de un test de ADN, para lo que ya se habían tomado muestras de huesos, sangre o tejidos.
Las identificaciones se realizaron en la base de Camp Arena (Herat), en una carpa refrigerada y preparada al efecto. Por razones de seguridad, los restos fueron recogidos el martes por la tarde por los soldados españoles, siguiendo el protocolo que les remitieron los expertos.
El equipo de la Guardia Civil estaba formado por especialistas en técnicas de necroidentifi-cación: dactiloscopia, odontología, radiología, biología y antropología forense, así como técnicos en fotografía y vídeo.
El miércoles por la mañana, el capitán Expósito acudió al lugar del siniestro, con el ministro Bono, para efectuar un reconocimiento, mientras sus subordinados comenzaban la tarea.
Los expertos disponían de la huella dactilar de cada fallecido y de fichas dentales, que les fueron remitidas por Fax. Antes de iniciar su misión en Afganistán, todos los militares fueron sometidos a un reconocimiento médico, que incluía la confección de la ficha dental.
Según explicó a EL PAÍS el capitán Expósito, nueve reconocimientos se realizaron a partir de la huella dactilar (en algún caso aplicando técnicas de reconstrucción) y ocho se basaron en las fichas odontológicas. La sargento Susana Pérez reconoció visualmente a su marido, el también sargento Alfredo Francisco Joga.
El capitán Expósito admite que también emplearon datos complementarios (como las chapas, uniformes o documentación), pero advierte de que, por sí solos, no son suficientes para identificar a nadie. Estos datos fueron, sin embargo, los únicos utilizados por los médicos enviados por el Ministerio de Defensa para identificar, en mayo de 2003, a las víctimas del Yak-42. Erraron en los 30 casos de los que se hicieron cargo, y la identificación de los 62 militares tardó 36 horas.
"Los únicos métodos científicos", explica Expósito, "son la dactilografía y la odontología, así como la prueba de ADN".
El capitán lamenta que sólo se disponga de la huella del dedo índice, que se toma para el DNI. "Sólo a los delincuentes se le toman huellas de todos los dedos, y hay quien se siente ofendido si se le piden". Tampoco, salvo en un caso, se disponía de muestra de sangre para realizar la prueba de ADN, lo que habría obligado a localizar urgentemente a un familiar de primer grado, si hubiera sido necesario.
Autopsias nocturnas
Una vez concluidas las identificaciones, se practicó la autopsia a los 17 cadáveres durante la noche de ayer. Participaron dos forenses del Instituto de Medicina Legal de Cartagena (Murcia) y otro de la Audiencia Nacional, así como dos patólogos militares que acudieron con el equipo de la Guardia Civil a Herat.
El Equipo de Identificación de Catástrofes de la Guardia Civil se creó en 1996, para atender aquellas situaciones que desbordaban la capacidad de los expertos de cada comandancia. Su primera intervención importante se produjo en febrero de ese mismo año, con motivo de un accidente de autocar en Bailén (Jaén), con 29 cadáveres, y la última hace sólo un mes, cuando murieron 11 miembros de un retén forestal en el incendio de Guadalajara.
Su ausencia más clamorosa fue la del accidente del Yakovlev 42, en mayo de 2003. El equipo al completo, 25 miembros, estuvo listo para salir hacia Trabzon (Turquía) desde el mismo día del siniestro, y permaneció en alerta casi 48 horas, hasta que recibió la orden de irse a casa porque su ayuda "ya no era necesaria". El capitán Expósito no quiere polemizar sobre aquel caso. "Si nos llaman, vamos. Si no, no".
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