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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Profundidad

Con ocasión del sexagésimo aniversario de Schnitzler, 1922, su conciudadano Freud, 6 años mayor que él, le escribe: "Lo que quiero decir es que le he rehuido como por una especie de recelo al sosias. No es que, en general, me sienta inclinado fácilmente a identificarme con otro...

Tanto su determinismo como su escepticismo -lo que la gente llama pesimismo-, su disolución de las certezas culturales convencionales, el apego de su pensamiento a la polaridad de amor y muerte, todo ello me ha resultado inquietantemente familiar... De modo que tengo la impresión de que usted, por intuición -aunque propiamente como consecuencia de una sutil auto-observación-, sabe todo lo que yo he descubierto en otras gentes sólo tras fatigoso trabajo... En el fondo de su ser es usted un investigador psicológico de lo profundo, más sinceramente imparcial e intrépido que nadie". Schnitzler nunca tuvo contacto intenso con Freud, ni siquiera tras esta famosa carta, que parecía buscar acercamiento. Era demasiado escéptico para una dogmática psicoanalítica. Pero Freud describe muy bien en esas palabras lo que fue Schnitzler y su literatura, cosa que estos dos libros muestran de dos modos diferentes y paradigmáticos: como comedia de vida, diríamos, y como drama de muerte.

Juventud en Viena es una autobiografía de niñez y juventud (escrita entre 1915 y 1920, en el momento de madurez y esplendor de Schnitzler) que abarca hasta la época en que el conflicto entre profesión médica y existencia de escritor comienza a solucionarse en favor de ésta: desde 1862, en que nace, hasta 1889. (Desde 1889 hasta su muerte, en 1931, no existe autobiografía, aunque Schnitzler llevaba diarios detallados y siempre se preocupó de observarse y conocerse a sí mismo). En ella aparecen como vivencias fundamentales las de la casa familiar, los tiempos de estudiante, los cafés y teatros vieneses, los ligues del Prater, algún viaje, pocas cuitas profesionales... Y todo con la ironía, escepticismo y desenfado, hasta cinismo, de un hijo de la gran burguesía liberal de la Viena de entonces. Pero sobre todo habla de los mil y un amoríos de juventud del gran novelador de Liebelei. Cuenta las cosas con su proverbial veracidad, llevado de ese impulso a ser sincero consigo mismo que le acompañó siempre y que acabó siendo "el más fuerte y vivo que siento".

Huida a las tinieblas es una novela corta publicada del 13 al 30 de mayo de 1931 en la Vossische Zeitung de Berlín, meses antes de su muerte (el 21 de octubre). Leyéndola se entiende por qué Freud admiraba y citaba a Schnitzler. Por que éste es el gran y reconocido maestro de la introspección psicológica, en este caso aplicada a una mente enferma, monomaniaca, alucinada, llena de ideas obsesivas. La novela se mueve en un espacio ambiguo entre la ensoñación y la realidad, entre las alegres locuras por alejarse de la seriedad de la vida y rechazar incómodas responsabilidades, y la locura real de pérdida total de contacto con las cosas. Describe la pendiente progresiva de la paranoia al desastre, efectivamente. Un ambiente desasosegado e inquietante. Embargado por una inquietud repentina, Robert (el protagonista) enciende la luz, salta de la cama, se acerca al espejo y ve su verdadero rostro: "el rostro que conservaba las huellas de todas las angustias que durante su vida le habían perseguido y que finalmente le dieron caza en una persecución por el vasto mundo". Ése será también el rostro del hermano en el momento alucinado del definitivo final.

-"Hay abismos en nosotros, señor consejero (de sección), créame, abismos". -"Yo no entiendo lo más mínimo en materia de abismos. En mi alma reina una situación absolutamente ordenada", miente Robert, miente irónicamente Schnitzler, que, al final, como aquella Viena impresionista y decadente, también parece renegar de sus abismos psíquicos (al borde de ellos), aunque sólo fuera ya por fatigada resignación, desengañada melancolía, tedio de vida opresor y hasta opresora añoranza de muerte. Fatalismo de la decadencia. "Viena, en torno a 1900", sin más. Ese rótulo schnitzleriano (con el que Schnitzler fechó muchas de sus obras) lo resume todo.

Arthur Schnitzler. Juventud en Viena (Una autobiografía). Traducción de Isabel García Adánez. Acantilado. Barcelona, 2005. 400 páginas. 21 euros. Huida a las tinieblas. Traducción de D. J. Vogenmann. Losada. Madrid, 2005. 162 páginas. 15 euros.

El escritor vienés Arthur Schnitzler (1862-1931).
El escritor vienés Arthur Schnitzler (1862-1931).CORBIS

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