"Hay que destruir la barrera entre arte, industria, mercado y cultura"
La 62ª edición de la Mostra de Venecia, por segundo año consecutivo a cargo de Marco Müller (Roma, 1953), se caracteriza por la fuerte presencia del cine de autor y de Estados Unidos. España no optará al León de Oro, pues las dos películas participantes, Fragile, de Jaume Balaguerò, y La vida secreta de las palabras, de Isabel Coixet, se exhibirán en Orizzonti, un capítulo aparte del festival de cine más antiguo del mundo. A pocos días de que la maquinaria de la Mostra comience a funcionar (el festival se celebrará del 31 de agosto al 10 de septiembre), Müller destaca "los contenidos intensos" de las 19 películas de la cartelera oficial.
Pregunta. ¿La fórmula escogida por usted se basa en la mezcla de cine de autor, matizado con la presencia de las estrellas de Hollywood?
"En el panorama contemporáneo los cineastas se están replanteando el género y el lenguaje"
Respuesta. Lo que más me interesa es destruir definitivamente la barrera entre arte, industria, mercado y cultura. Y eso significa que los criterios de selección sólo se pueden basar en las virtudes cinematográficas de cada película. Por ello, no me importa saber si una película es de autor o de entertainment. Un filme puede ser muy divertido, pero también muy inteligente.
P. ¿En qué virtudes, entonces se ha concentrado?
R. La película de Cameron Crow (Elizabethtwon) la mostraremos fuera de la competición, pero es buenísima. Lo mismo ocurre con el filme de animación de Tim Burton (Corpse Bride). Un festival puede funcionar como un sismógrafo, capaz de crear una importante agitación en el cine y de ir anotando todo lo que pasa en el contexto mundial. Sin embargo, no se puede hacer una selección ecuménica, como fue en el pasado.
P. España participa en Orizzonti con dos películas, Fragile, de Jaume Balaguerò, y La vida secreta de las palabras, de Isabel Coixet. ¿Por qué no hay películas en la sección oficial?
R. España está muy bien representada.
P. Sin embargo, todos sueñan con llevar un filme a la sección oficial. ¿Qué ha pasado este año con el cine español?
R. Sí, claro, todos quieren estar en la competición oficial. Los grandes cineastas españoles están trabajando: Almodóvar está haciendo una película; Amenábar está escribiendo. Hemos visto más de 45 películas españolas candidatas a la sección oficial. Todas eran muy buenas.
P. ¿Por qué no ha sido escogida al menos una?
R. Para mí el cine no puede continuar siendo clásico. Me interesa el cine que siempre se pregunta a sí mismo y al espectador, es decir, el cine en el cual el director no ofrece todas las preguntas y respuestas. De las 45 películas españolas vistas, hubo cuatro que tenían la posibilidad de entrar: Obaba, de Montxo Armendáriz; Sud Express, de Chema de la Peña; Princesas, de Fernando León, y el último trabajo de Ignacio Piñeiro. Pero cuando hemos visto las películas de todo el mundo, las españolas se cayeron solas. Si hubiera mantenido una mirada ecuménica, la Mostra tendría que haber puesto una película española en el concurso. El trabajo con el cine español fue hecho de una forma muy, muy seria. A excepción de las cuatro mencionadas, debo decir, como una pequeña crítica, que las otras se parecían entre ellas: había unas cinco con un tema muy místico, fantástico; otras cinco con un tema político-social sobre Latinoamérica, todas eran películas que ya hemos visto muchas veces antes. Esto no quiere decir que el cine español contemporáneo ande mal.
P. Sin embargo, en la sección oficial hay tres filmes italianos, el director del festival es italiano, el presidente del jurado es italiano. ¿Italia empuja por obtener el añorado León de Oro?
R. Me parece muy difícil. No sé si todas las películas italianas van a ganar premios, pues compiten con George Clooney (Good nigth and good luck), Terry Gilliam (The brothers Grimm), el genial Park Chan-wook (Sympathy for Lady Vengeance), o contra el cineasta más joven de Europa, un niño de 96 años que se llama Manuel de Oliveira (Espelho magico). El cine francés presente es de una calidad enorme.
P. ¿Ha sido confirmada la presencia de Roberto Benigni con su película El tigre y la nieve?
R. Hemos hablado con él para que sea huésped de honor en la clausura, pues terminará su película a finales de septiembre. No le quiero presionar. Si Roberto no viene como un hombre libre, no va funcionar.
P. ¿Qué tienen que decir los cineastas europeos sobre las amenazas del terrorismo y los cuestionamientos al futuro de la Unión Europea?
R. La selección hecha evidencia el estado de salud del cine europeo. Hay muchas películas que hablan sobre la globalización, las distintas condiciones de trabajo que existen en el Segundo y Tercer Mundo, la miseria espiritual de los países del Norte... Este año los contenidos de las películas en competición son muy intensos.
P. ¿Por qué ha querido dar más espacio al documental?
R. La intención ha sido la de redefinir lo que llamamos documental. Esa pregunta se la hacemos también al público, pues de los 10 documentales escogidos, no hay ninguno tradicional. En el panorama contemporáneo, los cineastas se están replanteando el género y el lenguaje.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.