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La OPA de Unipol sobre BNL abre una crisis en el centro-izquierda italiano

Rutelli exige al antiguo Partido Comunista que se distancie "de una operación poco clara"

Enric González

La cooperativa de seguros Unipol debe presentar esta semana las condiciones de su OPA sobre la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) para culminar su victoria frente a la oferta del BBVA. En vísperas del paso decisivo, los viejos vínculos de Unipol con el Partido de los Demócratas de Izquierda (PDS, antiguo Partido Comunista) y el aparente respaldo prestado por su secretario general, Piero Cassino, han abierto una nueva crisis en la oposición italiana. El líder de La Margarita, Francesco Rutelli, exige al DS que se distancie de "una operación poco clara".

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El 'caso ABN'

Aún no está claro el resultado de la batalla por el control del BNL. Unipol dice tenerlo todo a punto y quizá ya el martes, con un día de adelanto sobre el límite previsto, presente ante el Banco de Italia y la Consob (autoridad bursátil) la documentación que demuestre su capacidad para adquirir un banco cuatro veces más grande. Quedan, sin embargo, varias dudas en el aire. La primera es legal: el Código Civil prohíbe las adquisiciones que suponen un cambio en el objetivo social de las sociedades implicadas, y Unipol se transformará claramente de aseguradora en banco; en caso de autorizarse la OPA, algún accionista (por ejemplo, el propio BBVA) podría plantear un recurso ante los tribunales que paralizara la operación.

La segunda duda es financiera: ¿es razonable que Unipol ponga sobre la mesa 6.000 millones de euros, en su mayoría prestados, y ponga en peligro su propia solvencia para quedarse con el BNL? La tercera duda procede de las investigaciones policiales en curso sobre la OPA planteada por la Banca Popolare Italiana para adquirir la Banca Antonveneta, en oposición al banco holandés ABN Amro. Si se demostrara que el presidente de Unipol, Giovanni Consorte, estableció pactos secretos con los personajes implicados en el asunto de Antonveneta (Gianpiero Fiorani, Stefano Ricucci y Emilio Gnutti, principalmente), los tribunales podrían paralizar la OPA sobre el BNL, como han hecho ya en el otro intento de compra. Consorte asegura que no hubo pactos a espaldas del mercado y que no recibió apoyos políticos para derrotar a la oferta española.

En una de las conversaciones telefónicas grabadas por la policía, y filtradas a la prensa, un colaborador del inmobiliario Ricucci le dice a éste: "Todo empezó cuando tú [Ricucci], Gianpiero [Fiorani] y Giovanni [Consorte] fuisteis a Londres y un banquero dio el dinero con un simple apretón de manos". Consorte asegura, sin embargo, que eso es "una pura invención" y que su decisión de ofrecer 2,9 euros por cada acción al grupo de accionistas del BNL, encabezado por el propio Ricucci (a los demás accionistas ofrece sólo 2,7 euros), fue adoptada el 11 de julio, no antes. La estrategia para la OPA, en ese caso, se trazó en poco más de una semana.

Francesco Rutelli, líder de La Margarita (el gran partido moderado dentro del centro-izquierda), expresó ayer en el Corriere della Sera su malestar por las abundantes conversaciones telefónicas mantenidas por Piero Fassino, secretario general del PDS, y Giovanni Consorte en los días cruciales para preparar la OPA. El contenido de esos contactos no se ha filtrado a la prensa. "Se trata de una operación arriesgada porque una importante aseguradora quiere comprar, endeudándose, un banco cuatro veces más grande, y porque esa operación se ha desarrollado gracias a una red de relaciones en la que figuran como protagonistas Fiorani, Ricucci y Gnutti", dijo Rutelli, quien aconsejó al PDS que dejara de apoyar los negocios de entidades que, como Unipol, tradicionalmente le han prestado ayuda económica.

Tangentópolis 'dos'

Otro representante de la izquierda, Antonio di Pietro, ex fiscal de Manos Limpias, afirmó que "de los contactos entre políticos y financieros sin escrúpulos emerge una gusanera que hace parecer Tangentópolis (la corrupción sistémica descubierta a principios de los noventa) un juego de niños". El radical Marco Panella pidió a su vez que se creara una comisión internacional para estudiar "el virus partitocrático y corporativo" presente en las grandes operaciones mercantiles italianas. Fausto Bertinotti, líder de Refundación Comunista, también reclamó al PDS que mantuviera su independencia frente a los "financieros amigos". Achille Occhetto, el ex secretario general que convirtió al PCI en el PDS, fue más duro: "El PDS comete un grave error político al vincularse a determinadas operaciones financieras y al renunciar al papel institucional de árbitro". Piero Fassino se defendió diciendo que se limitaba a luchar para que Unipol tuviera "las mismas oportunidades que cualquier otra empresa".

El principal diario italiano, el Corriere della Sera (involucrado indirectamente en el asunto de las OPA porque Fiorani, Ricucci y compañía intentan comprarlo y, según se desprende de las grabaciones, ponerlo al servicio de Berlusconi), publicó ayer un comentario en primera página en el que afirmaba que, "por segunda vez en una década", tras Tangentópolis y Manos Limpias, había "estallado una crisis en los ganglios estratégicos que conectan política y economía". "Entonces se trataba de la financiación ilegal de la política: hoy se trata de la acción, cuyo alcance penal está por establecer, de potentados político-económico-financieros empeñados en rediseñar el rostro del capitalismo italiano y, en consecuencia, las relaciones y los equilibrios entre economía y política".

Imagen de la sede central de BNL en Roma.
Imagen de la sede central de BNL en Roma.ASSOCIATED PRESS

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