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Reportaje:

El arte de la imitación

La galería italiana Pitti Arte vuelve a San Sebastián con sus falsificaciones legales de obras maestras de la pintura

Comenta que, gracias a su proyecto, la gente que tiene el sueño de contar con una obra de arte determinada puede hacer realidad su deseo sin pagar un montón de dinero. Es el arquitecto y coleccionista Giuseppe Salzano (Venecia, 1954), responsable de la galería italiana Pitti Arte, que, ante el éxito de ventas que tuvo el pasado año, ha vuelto este verano a San Sebastián con sus falsificaciones legales de cuadros de grandes maestros de la pintura.

"No es un arte para multimillonarios, es un arte popular, accesible", subraya Salzano, mientras posa ante el centenar y medio de cuadros que expone en el hotel María Cristina. En cualquier caso, recuerda que personas sin problemas económicos como la princesa Diana de Gales o Antonio Banderas han formado también parte de su lista de clientes.

El responsable de Pitti Arte ha vuelto a la capital guipuzcoana con ventaja, cargado con las falsificaciones autorizadas (copias, más propiamente) de los pintores y estilos que más gustaron a los compradores en 2004. Se ha olvidado un poco de la pintura del Renacimiento italiano y se ha centrado sobre todo en los grandes nombres de los siglos XIX y XX.

Las reproducciones de trabajos de Miró, Picasso y Dalí se codean en la sala de exposiciones con las de Monet, Van Gogh, Gaugin y Botero, entre otros artistas. No falta en la muestra la copia de La joven de la perla, de Vermeer, una de las obras destacadas por Salzano y que se vende por 1.800 euros. La verdadera cuelga en el Museo Mauritshuis de La Haya. El precio del resto de los cuadros oscila entre los 1.000 y los 3.500 euros. ¿Y cómo se fijan estos valores? "En función de lo que le cuesta al artista falsificador hacer el cuadro. Se tarda menos en hacer un Miró que un cuadro de la Escuela Italiana, por ejemplo", explica el responsable de Pitti Arte.

Salzano hace hincapié en que los 48 pintores que trabajan para la galería italiana "no son copistas", sino "grandes artistas", que "saben trabajar el papel y el lienzo antiguo, conocen la técnica del craquelado...". "Los cuadros expuestos se podrían vender por verdaderos. Aquí porque están declarados e identificados como falsificaciones, porque si no un experto quizá no lo notaría", afirma el coleccionista.

Autorización ministerial

De hecho, la aventura de Pitti Arte arrancó hace 18 años, después de que el propio Salzano diera por buena y comprara una falsificación de Piazza d' Italia, de Giorgio Chirico. Impresionado con la calidad de la copia, buscó a su autor, Antonio Mazzis, y terminó organizándole una exposición. Resultó un éxito, de manera que decidió montar la galería y fue reclutando a artistas dedicados a realizar falsificaciones de obras maetras de la pintura. Eso sí, todas legales, ya que Salzano y su equipo de pintores, cada uno especializado en un gran maestro, cuentan con la autorización del Ministerio de Cultura italiano.

El impulsor de Pitti Arte tiene previsto sumar a su iniciativa, "la única" de estas características en el mundo, a un salmantino especializado en Zurbarán y a un zaragozano que pinta goyas. Entre sus planes también está abrir un museo en Pekín en 2006 con la colaboración de las autoridades chinas. Quiere que los ciudadanos de aquel país disfruten del arte occidental, que "tanto les gusta y al que tienen tan difícil acceso".

De momento, permanecerá hasta finales de mes en San Sebastián, donde unas 4.000 personas se acercaron a ver su exposición el pasado verano. Vendió un centenar de cuadros. Luego, como en 2004,

viajará a Madrid y Sevilla.

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