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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Simulaciones y verdades

"He muerto de mil formas diferentes", dice una mujer en la primera frase de la novela. Y a continuación especifica con rotundas frases las variadas maneras en que las personas pueden ser asesinadas. Y acaba por decir que esa misma mañana acababa de ser "arrojada al vacío desde un décimo piso". Pero no se trata de que la protagonista esté loca o nos hallemos ante una novela del género fantástico, sino que el personaje que acaba de tomar la palabra para contar su historia es una mujer policía especializada en el raro trabajo de reproducir ante el juez las circunstancias en que una mujer ha encontrado la muerte asesinada por su pareja. Eugenio Fuentes ha variado ligeramente la posición de su catalejo y en lugar de mirar los casos criminales que los policías debían resolver ha prestado atención primordial a la misma policía al centrarse en esa mujer que sufre imaginaria pero hondamente la violencia asesina.

VENAS DE NIEVE

Eugenio Fuentes

Tusquets. Barcelona, 2005

268 páginas. 17 euros

Son estas escenas que se van desgranando a lo largo de la obra lo mejor de la misma. Esta mujer descubre enseguida que su hijo tiene leucemia y ella recibe la violencia implícita en esos simulacros como un castigo merecido por ser la culpable de la enfermedad del hijo. Un castigo que será real cuando su ex marido la viole en una truculenta escena un tanto gratuita que deja a la chica en el escalón más bajo de su proceso de degradación moral. Empezará entonces un camino inverso de regeneración y dignificación en el que los simulacros, son metáforas de carácter metafísico que proporcionan a la novela la grandeza que falta en otras páginas. La angustiada protagonista absorbe con equívoca fruición los golpes de todos los novios, amantes o maridos y en la escena más impactante y dura llega a bañarse en una tinaja de vino.

La otra línea argumental, la búsqueda del auténtico padre del niño, el hombre que quizá pueda ser un donante compatible de médula espinal, rebaja el nivel de la novela. Ahí entran las largas y monótonas escenas de búsqueda y los pesados parlamentos de los diversos personajes con que ella se tropieza en su investigación que nada importante aportan a la historia. Finalmente, por lo que oímos de él primero y por su presencia real después, ese antiguo amante padre del niño es un personaje blando y esquemático. Es una buena persona, un idealista beatífico, puesto ahí con largueza excesiva para equilibrar y contentar a todos, quizá para evitar el desánimo del lector masculino ante tanto hombre malvado que ha salido.

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