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Reportaje:

Arte en los márgenes

La áspera crudeza de la colección del Art Brut, enmarcada en la tranquila armonía del lago Ginebra (Suiza), tiene un efecto hipnótico. Las cerca de mil obras de la muestra permanente son un poderoso imán que en 2004 atrajo a unos 35.000 visitantes. "Esta colección es algo excepcional, única, y cada vez hay un mayor interés por este tipo de arte", afirma Lucienne Peiry, directora del museo desde 2001. "Entre los visitantes hay psicoanalistas y sociólogos, estudiantes y artistas, como David Bowie, que viene regularmente atraído por la apertura de miras de esta forma artística".

¿Qué es el arte?, ¿quién es el artista?, ¿a quién van dirigidas las creaciones? Estas obras surgidas en los márgenes, del otro lado de la frontera de la normalidad, rompen con el concepto tradicional del arte y son un soplo de aire fresco y de originalidad en un ámbito a veces condicionado por un mercado y unas rígidas tendencias estéticas. "Los creadores del art brut son muy diferentes de los artistas profesionales. Son más libres, no necesitan reconocimiento, no les preocupa ser un artista; trabajan para ellos y nada más", asegura Peiry, y agrega: "La relación con la creación siempre es anónima, como llenando las páginas de un diario".

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La directora de la colección define este proceso creativo con "tres eses: soledad, silencio y secreto". El art brut es "un arte outsider y más que locos, los autores son marginales, pero en el sentido de una inconformidad con el sistema". Los creadores "son autodidactas, ignorantes respecto al arte, por eso pueden inventar, tienen mucha creatividad e insolencia", explica. "Estos artistas tienen una relación natural con el arte, como los niños. Lo inventan todo: los temas, la técnica, el espacio, los materiales". Esto representa un notable desafío para el museo, que debe conservar obras de arte realizadas en materiales no convencionales, como migas de pan. "Debemos conservar obras hechas con los más variados objetos de uso doméstico y muchas veces es muy difícil encontrar los especialistas para esta tarea", dice Peiry.

En el art brut, más que en cualquier otra tendencia artística, los estados de ánimo lo dominan todo. Trazos rápidos y espontáneos, y un elevado nivel de detalle, denotan obsesiones, fijaciones o sueños. Como en Marguerite Sirvins (1890-1957), que sustituyó su profundo deseo de casarse con la confección de un traje de boda con los hilos de su sábana en el hospital de Lozére (Francia). La motivación puede ser la desesperación. Como en la obra realizada por un hombre sobre un retazo del suelo de madera de su casa, donde talló frenéticamente frases y dibujos.

El ]]>art brut]]> es también el

reflejo de una relación particular con la realidad. Como en el mural de veinte metros de largo donde Madge Gill, una londinense nacida en 1882 que se consideraba una médium, dibujó a lápiz una superposición abarrotada de perturbadores rostros, dictados por un supuesto espíritu que se comunicaba con ella. Su obra se descubrió tras su muerte en 1961, con cientos de piezas escondidas en un armario y debajo de la cama.

Buena parte de la colección que, además de las permanentes, incluye un fondo de unas 30.000 obras, es el resultado del trabajo del artista francés Jean Dubbufet, quien definió el termino art brut en 1945. Dubbufet buscaba artistas fuera del arte y comenzó su búsqueda en Suiza, en Ginebra y Lausanne. Precisamente, fue esta ciudad la que, con la fundación del museo en 1976, heredó su colección. El bello edificio del museo está en el château de Beaulieu, un viejo palacio del siglo XVII, con jardines y vistas del lago y las montañas. Pero el museo es un ente dinámico y no se reduce a las obras históricas. La colección se amplía cada año con nuevas adquisiciones en un proceso de búsqueda. Por ejemplo, las obras de los programas artísticos de cárceles y hospitales no valen, no se ajustan al concepto de art brut, no son creaciones espontáneas.

Entre las actividades del museo, financiado con fondos del Ayuntamiento de Lausanne y de organizaciones internacionales como la Unesco, está la organización de exposiciones temporales. La última, Jean Dubbufet y el Art Brut (hasta el 25 de septiembre), es una confrontación entre 40 obras del artista francés y creaciones del art brut, en una relación poco estudiada hasta hoy.

'El mago valiente' (1988), acrílico y 'collage', de August Valla.
'El mago valiente' (1988), acrílico y 'collage', de August Valla.

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