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El asfaltado de la vía de entrada a Madrid por la A-2 provoca el tercer día de atascos

Tráfico no alertó de que la zona estaría afectada por los trabajos en plena hora punta

Por tercer día consecutivo, la capital padeció ayer en hora punta -en verano se sitúa entre las seis y las ocho de la mañana- fuertes atascos, insólitos hasta ahora en agosto. La zona más afectada fue la entrada a Madrid por la A-2 (autovía de Barcelona), donde miles de conductores quedaron atrapados tres horas en el enlace con la M-30. El tapón llegó a ser de 15 kilómetros. Según la edil de Urbanismo, Pilar Martínez, las retenciones las causó el asfaltado de esta vía, previsto entre medianoche y las diez de la mañana. El área municipal de Tráfico no había alertado a los ciudadanos de esta incidencia.

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"¡Pero bueno, esto es un atasco monumental, como todas las obras de [el alcalde, Alberto Ruiz] Gallardón! ¡El Ayuntamiento no ha avisado de este fregao!", protestaba ayer Ramón Zarza, un taxista sorprendido porque la entrada de vehículos a Madrid por la carretera de Barcelona, uno de los puntos neurálgicos de acceso a la capital, quedaba reducida a un solo carril.

"¿Pero qué pasa por ahí delante?", exclamaba un conductor asomado a la ventanilla de su coche. Nadie le sacaba de dudas, porque las obras no habían sido anunciadas. El Ayuntamiento no incluyó en sus previsiones de tráfico distribuidas el miércoles las obras de asfaltado de la A-2. Incluso el Centro de Gestión de Tráfico del Consistorio ignoraba en qué consistían estos trabajos, por lo que envió a una patrulla de la Policía Municipal para inspeccionar si los cortes tenían permiso, según explicó un portavoz.

Urbanismo contaba con los permisos de la Dirección General de Carreteras y del Área de Movilidad para asfaltar, en la conexión de la A-2 con la M-30, desde las doce de la noche del miércoles hasta las diez de la mañana de ayer, jueves.

Según la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez, la operación de asfaltado ya estaba prácticamente terminada en torno a las siete de la mañana. Sólo faltaba por cubrir de brea uno de los carriles. Pese a la avalancha de coches que había a esa hora, los operarios decidieron seguir adelante porque, de no hacerlo así, quedaría un escalón peligroso para los automovilistas.

Desvíos por la M-30

Las obras de asfaltado obligaron a cortar por completo el acceso a la avenida de América. El tráfico fue desviado por la M-30, con un solo carril. "¡Esto es increíble; lo que están haciendo es una canallada para los que nos quedamos a trabajar!", exclamaba enfadado un hombre que aseguraba estar atrapado desde hacía una hora y media.

"Yo ya le he dicho a un cliente que no llego ni en una hora", protestaba un comerciante que padecía los 15 kilómetros de retenciones que se formaron en esta vía. El trayecto, que habitualmente se recorre en 25 minutos, se tardaba en hacer ayer más de dos horas. "En el tiempo que un día cualquiera hago tres viajes, hoy llevo sólo uno", declaró un conductor de la línea Alcalá de Henares-Avenida de América.

Desde las seis de la mañana hasta las ocho, un solo carril absorbía el tráfico de entrada a la ciudad, momento en el que se produjeron las mayores retenciones. A las ocho, los operarios habilitaron dos carriles más. A pesar de ello, hora y media después continuaba el atasco. A las diez de la mañana, con colas de siete kilómetros de vehículos, los operarios despejaban la zona y fueron abiertos al tráfico los tres carriles de entrada a la capital.

Ante el aluvión de críticas suscitadas por el caos de tráfico causado por las obras, la concejal Martínez señaló que Madrid vive actualmente "un punto de inflexión" a partir del cual "sólo cabe mejorar". Anunció que en los próximos 12 meses finalizarán 25 grandes infraestructuras que ahora afectan al tráfico.

"Las obras se hacen para resolver un problema que ya existía. Eso deben tenerlo claro los madrileños. Aunque ocasionan molestias, el objetivo es que en el futuro sirvan para mejorar la vida de los ciudadanos", agregó Martínez. Uno de sus colaboradores remachó: "En agosto es cuando hay menos coches y es cuando se deben hacer las obras. Es lo lógico".

También el tráfico fue caótico en la prolongación del paseo de la Castellana. "Sí, sí, aquí se ha montado también gorda", afirmó por la tarde un operario que trabajaba en las obras del nudo de Manoteras. Los vehículos que por la mañana entraban en la capital a través de la carretera de Colmenar (M-607), por la avenida de la Ilustración, y tenían previsto circular por el paseo de la Castellana veían cerrado completamente el paso por esta vía.

El tráfico había sido desviado por el aparcamiento en superficie del hospital de La Paz a la calle del Arzobispo Morcillo (ahora es de doble dirección), hasta la calle de Pedro Rico, para ir a Monforte de Lemos y, desde la calle de Sinesio Delgado (también de doble dirección), salir al paseo de la Castellana. Esta solución se tomó después de que la zona sufriera el martes un atasco descomunal.

Además, el Centro de Control de Tráfico del Ayuntamiento informó de que, durante la hora punta de ayer, se registró circulación lenta en la M-30 en la subida desde el puente de Vallecas hasta el puente de Ventas.

A las 8.30 se produjo un accidente entre un autobús y un turismo a la altura del desvío a la A-3, en sentido nudo sur, que obligó a cortar el carril derecho durante media hora, aunque, según Tráfico, el accidente no afectó a la circulación. Para colmo de males, el túnel de María de Molina estuvo cortado desde las tres de la tarde hasta las cinco y media debido a que un camión quedó atascado porque superaba la altura máxima de 3,5 metros de gálibo del túnel. Los bomberos retiraron el vehículo con la ayuda de una grúa.

Unos operarios (a la derecha) concluyen el pintado del punto de la A-2 donde se produjo el atasco.
Unos operarios (a la derecha) concluyen el pintado del punto de la A-2 donde se produjo el atasco.CLAUDIO ÁLVAREZ

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