Los investigadores sospechan que los autores del 7-J usaron móviles
F. P.,
Los cuatro terroristas que mataron a 52 personas en los atentados del 7 de julio pasado en Londres activaron probablemente las bombas que estallaron en el metro y en un autobús con la alarma de teléfonos móviles, como los terroristas del 11-M en España. También trascendió ayer que para fabricar las bombas se valieron de elementos caseros. En concreto, un decolorante de cabellos, ácido cítrico del que se usa para conservar alimentos y pastillas para prender fuego como las que utiliza el ejército. Mezclados esos productos en determinadas proporciones dieron lugar a un explosivo conocido como diamina de triperoxido de hexametilieno o DTHM.
Así lo reveló ayer el comisario neoyorquino Ray Kelly, quien a su vez había recibido la información a través de los agentes estadounidenses desplazados a Londres para colaborar con Scotland Yard en las investigaciones. Kelly explicó a un grupo de policías y personal de seguridad de bancos y hoteles que la única pieza cara o infrecuente que los terroristas tuvieron que comprar fue un refrigerador comercial porque el explosivo se degrada a la temperatura ambiente.
A la policía británica no le ha sentado nada bien la filtración y así se lo ha hecho saber a sus colegas norteamericanos. Ray Kelly añadió en Nueva York que las bombas fueron fabricadas en Leeds y trasladadas hasta las afueras de Londres en refrigeradores de bebidas colocados en los maleteros de dos coches.
Los investigadores de Scotland Yard creen que las bombas fueron detonadas probablemente con teléfonos móviles adheridos a los explosivos, cuyas alarmas estaban sincronizadas a las 8.50. "Inicialmente se pensó que quizás los materiales eran explosivos militares de alta tecnología que fueron introducidos de contrabando, pero ése no fue el caso. Es más probable que estos terroristas fuesen a una tienda de herramientas o de artículos de belleza y se abasteciesen allí", informó Kelly.
Explosivos similares
En cuanto a los vínculos entre los dos ataques, la policía estadounidense informó de que los explosivos utilizados el 7-J son similares a los que se usaron el 21-J, "aunque no necesariamente los mismos".
Por otra parte, el juez italiano Domenico Massimo Miceli comunicó ayer en Roma que la audiencia sobre la extradición al Reino Unido de Hamdi Isaac, el terrorista británico de origen etíope detenido en Roma tras los atentados fallidos del 21 de julio, se celebrará el 17 de agosto. La policía británica pretende conseguir la extradición lo antes posible y Hamdi Isaac retrasarla todo lo que pueda. Su abogada, Antonietta Sonnessa, anunció ayer que recurrirá ante el Tribunal de Apelación. Según sus cálculos, Isaac no volvería a pisar el Reino Unido hasta después de diciembre.
En Londres, un tribunal ordenó ayer mantener bajo custodia a Ismael Abdurahman, el primero de los sospechosos por los atentados fallidos del 21 de julio que ha comparecido ante la justicia.
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