Fiscal: "¿Conoce si se va a cometer otro atentado en España?". El Sirio: "No lo creo"
El 21 de marzo de 2005, el juez Juan del Olmo interrogó por segunda vez a Mouhannad Almallah Dabas, de 41 años, sirio nacionalizado español tras casarse con una española y detenido tan sólo unos días después del atentado del 11-M. Salió en libertad el 29 de marzo de 2004 y, un año después, la policía recuperó su pista, le volvió a detener y el juez acabó enviándolo a prisión. Ocurrió sólo unos días después de que se conociera que El Sirio, dos meses después del 11-M, acudió a la agrupación socialista del barrio madrileño de San Blas para afiliarse al PSOE y lo consiguió.
El Sirio tenía en la calle Virgen del Coro una vivienda con tres habitaciones, cinco camas y un sofá. Entre sus arrendatarios figuran algunos implicados en el 11-M, y por ella pasaron algunos de los autores del atentado en los trenes.
Lo que sigue es un resumen del interrogatorio y la declaración de Mouhannad Almallah que forma parte del sumario sobre el que se ha levantado el secreto.
Pregunta. ¿Conoce a Jamal Ahmidan, El Chino [terrorista del 11-M que se suicidó en el piso de Leganés]?
Respuesta. No.
P. ¿Ha tenido o utilizado usted libros sobre actividad de Yihad?
R. No, nunca me han interesado esos temas. Desde 1995, ha habido gente que me ha hablado de estas cosas, pero no me interesan.
P. ¿Se ha encargado usted en los últimos años de convencer a gente para que formara parte de una organización terrorista islamista, hacer tareas de captación, atraer a jóvenes, solo o en compañía de Serhane [El Tunecino]?
R. No.
P. ¿Ha estado usted en alguna reunión en la calle de Virgen del Coro en donde se pudieran utilizar vídeos de matiz yihadista y donde se pudiera hablar de captar gente para actividades violentas?
R. Bassel [Ghalyoun, preso como supuesto autor material del 11-M] me contó una vez que había estado en una reunión, pero yo no he estado nunca. Me dijo que estaban Serhane [El Tunecino], Rifal, y yo les dije que por favor no hicieran nada en ese local. Hablaban sobre cosas políticas, Serhane quería ser el jefe de esta gente.
P. ¿A qué gente se refiere?
R. Serhane quería ser jefe de Basel, de Rifad, de Fouad, y todo el que estuviera a su alrededor.
P. ¿Quién le comenta algo sobre el contenido de la reunión?
R. Bassel. Pero no me dice si les muestran algo a través del portátil. Serhane tenía un portátil. Yo les dije que no quería ninguna reunión en mi local donde se hablase de política o de la Yihad. Esto pasó un año antes de los atentados del 11 de marzo de 2004.
P. ¿En 2003 o 2004, por qué salía de su domicilio para llamar por teléfono desde cabinas o sitios públicos?
R. Conozco a un sirio que vende tarjetas baratas y yo se las compraba para que me saliera más barato llamar.
P. ¿Y por qué salía a llamar a bares, locutorios y cabinas, cuando le costaba dinero?
R. Eso fue muy pocas veces.
P. ¿Ha facilitado su pasaporte a alguien?
R. No.
P. ¿No le dijo Khaled Zeimi Pardo que si quería comprar un teléfono, fuera a una tienda Lavapiés?
R. Creo que me lo dijo Bassel. Me lo vendió Jamal Zougham [detenido y encarcelado por su presunta participación en el atentado del 11-M].
P. ¿No es mucha casualidad conocer a todas las personas implicadas en los atentados del 11-M?
R. Es muy mala suerte. Conozco a mucha gente, no sólo a estas personas malas. Tengo una agenda con ciento y pico nombres.
P. ¿Conoce a Rabei Osman El Sayed, El Egipcio [detenido en Italia tras unas escuchas telefónicas en las que se atribuía su participación en la organización del atentado del 11-M]?
R. Le vi en la mezquita de Estrecho [un barrio de Madrid] hace cuatro años. No tengo ninguna amistad con él, si tiene mi teléfono es porque se lo doy a cualquiera.
P. ¿Qué personas acudían en 2003 y principios de 2004 a Virgen del Coro y hacían reuniones?
R. Samir y Mohamed Suleyman, Basel, Fouad.
P. ¿Es cierto que uno de ellos ha dicho que si siguen muriendo musulmanes en Irak deberán morir personas en España?
R. Mohamed Suleyman lo dijo hace 3 o 4 meses en mi local. Mientras trabajaba hizo el comentario de que mientras aquí mueren 200 allí mueren miles. Estuvieron poco tiempo en el local. No sé si hay relación entre los muertos de aquí y los muertos de allí, únicamente hablaban de ello. Que en Irak cada día mueren 100 personas o más y aquí que mueren 200 montan la que han montado, que la muerte es igual aquí como allí.
P. ¿Mohamed Suleyman le dijo que había que cometer aquí atentados?
R. No. No he dicho nada de eso. Me hizo el comentario porque en una bomba en Irak había muerto alguien de la familia de un amigo. Cuando decían frases de ese tipo yo antes les daba la razón. Ahora, cuando hacen algún comentario les tomó en serio y si puedo avisar a la policía, lo hago. [El juez ordenó dos semanas después la detención de Suleyman junto a otras 12 personas supuestamente relacionadas con el 11-M].
P. ¿Tiene conocimiento de que se vaya a cometer otro atentado en España?
R. No lo creo.
P. ¿No es cierto que usted ha ido a Londres y ha participado junto con su hermano en reuniones en casa de Abu Qutada?
R. No es cierto.
P. ¿Llevó usted a alguna vivienda o a algún local de la calle de Monte Esquinza, 39 unas bolsas para entregárselas allí a alguien llamado Mohamed El Egipcio, el 25 de agosto de 2002?
R. No. Recuerdo que fui con mi hermano, sobre las ocho o las nueve, porque el portero de una finca de esa calle le había dejado un aviso. Fuimos con las herramientas para reparar el objeto para el que habían sido avisados, pero no se encontró con nadie.
P. ¿Mienten los que dicen que usted les ha intentado captar junto con Sarhane [El Tunecino].
R. Mienten.
P. ¿Ha visto usted un vídeo en el que tumbaban a una familia musulmana en el suelo y subía un tanque por encima de ellos y otra imagen que se veía a miembros de un Ejército obligar a hacer actos aberrantes a miembros de una misma familia?
R. No he visto nada de eso de lo que me pregunta.
P. ¿Pertenece usted a los Hermanos Musulmanes o al grupo de los Soldados de Alá?
R. No. Mi única relación ha sido con el Partido Socialista, al que he estado afiliado hasta que me detuvieron. Me afilié después de los atentados del 11 de marzo. Mi hermano y yo hemos recibido una educación de que si llama a su puerta cualquier persona la tenemos que ayudar. En los últimos años he conocido a estas personas malas, pero yo no tengo la culpa. Yo he ido con el corazón blanco y cuando me han hablado de la Yihad, siempre he dicho que no.
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