_
_
_
_
_

Touriño y Quintana defienden un nuevo Estatuto "que no quede detrás de nadie"

El inminente cambio en el Gobierno de la Xunta marca la celebración del Día de Galicia

Los propósitos de los futuros gobernantes de reformar el Estatuto de Autonomía caldearon ayer la celebración del Día de Galicia. El líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Anxo Quintana, pidió ante 12.000 personas un "gran acuerdo nacional", en el que incluyó al PP, para conseguir un autogobierno que sirva de "blindaje al poder de los gallegos". El futuro presidente, el socialista Emilio Pérez Touriño, en un tono más institucional, prometió también un Estatuto en el que Galicia "no quede detrás de nadie".

Más información
Fraga: "Hay que acatar el veredicto de las urnas"

Los actos institucionales del Día de Galicia no contaron con la presencia de representantes de la Casa Real ni del Gobierno, como ocurrió en 2004, que fue Año Santo. En esta ocasión, el Rey delegó la presentación de la ofrenda nacional al Apóstol en el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo.

Touriño, que será investido presidente el próximo viernes, celebró el Día de Galicia en Rianxo (A Coruña), el pueblo natal de Castelao, el padre del galleguismo, ante cuyo busto hizo una ofrenda floral. El líder socialista anunció allí su propósito de que el próximo Estatuto siga siendo "de todos, sin divisiones ni fracturas". En ese proceso de reforma estatutaria, "Galicia no va a quedar detrás de nadie", añadió Touriño, sino que será la primera comunidad de España "en la ambición y en el impulso del autogobierno" para garantizar "una Galicia más justa y solidaria".

Ante un eufórico auditorio, integrado en su mayoría por cargos públicos del PSdeG, entre los que se encontraban el secretario de organización del PSOE, José Blanco, y la ministra de Agricultura y Pesca, Elena Espinosa, Touriño se declaró orgulloso del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por promover "una España de igualdad, que protege la diversidad de lenguas, de cultura y de patrimonio". Aseguró que trabajará para que, en esa España, "Galicia deje de ser de segunda velocidad" al final de la legislatura que ahora comienza, para lo que prometió poner en marcha un proyecto de "unidad nacional".

Los nacionalistas celebraron su Día da Patria Galega con la tradicional manifestación que concluyó en la plaza de A Quintana, junto a la catedral de Santiago, y que sirvió para constatar que la entrada en el Gobierno ha devuelto el ánimo al BNG tras una etapa de conflictos internos y retrocesos electorales. El futuro vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, fue largamente jaleado, y entre los 12.000 asistentes, según la policía local, una cifra superior a la de años precedentes, no faltó su antecesor en el liderazgo del BNG, Xosé Manuel Beiras, con quien se abrazó luego en una comida popular celebrada tras la manifestación.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Quintana entremezcló las pinceladas reivindicativas con un discurso más institucional. Prometió progresos en las áreas que le corresponderán en el Ejecutivo, la cultura, el desarrollo del medio rural, la industria y la innovación tecnológica. Y reservó la parte más ideológica para reivindicar un Estatuto de Nación que "suponga el blindaje del poder de los gallegos, de sus competencias y su capacidad para decidir".

El futuro vicepresidente expresó que el objetivo político del BNG es la "transformación democrática" de España en un "Estado de naciones libres, abierto, cooperativo y solidario" que no puede limitarse a "buscar alguna solución para Euskadi y Cataluña". Negó Quintana que la reforma del Estatuto sea algo ajeno a los problemas de los ciudadanos y aseguró que el desarrollo del autogobierno debe conseguirse mediante un "acuerdo nacional". Con ese propósito se dirigió al líder del PP gallego, Manuel Fraga, para que acepte el "envite del consenso" y se aparte de "la extrema derecha que controla el PP en Madrid".

El presidente en funciones de la Xunta, Manuel Fraga, saluda al arzobispo de Santiago, Julián Barrio. Tras él, la nueva presidenta del Parlamento gallego.
El presidente en funciones de la Xunta, Manuel Fraga, saluda al arzobispo de Santiago, Julián Barrio. Tras él, la nueva presidenta del Parlamento gallego.ÓSCAR PARIS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_