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Reportaje:

Cuello de boxeador, físico de velocista

Eduardo Bendinelli, preparador físico de Fernando Alonso, afirma que éste es un atleta de impulsos

Viéndolo por televisión tampoco parece tan difícil. Es cuestión de subirse a un fórmula 1 poner una marcha y apretar el acelerador. Lo demás aparentemente es el resultado de la experiencia acumulada y de la intuición de cada piloto. Sin embargo, detrás de esta función teóricamente tan simple, hay todo un mundo de trabajo en la sombra que pocos se imaginan. Fernando Alonso no es líder del Mundial de F-1 por casualidad. Ni tampoco porque sea el mejor piloto. Hay muchos factores que son condicionantes ineludibles. El equipo y el coche, sin duda, son fundamentales. Pero también un aspecto que pasa desapercibido: la condición física.

"Si el cuerpo no está en su mejor punto de preparación, es imposible que la mente funcione de forma tan perfecta como exige un bólido de fórmula 1", asegura Eduardo Bendinelli, que junto a Fabrizio Maganzi, se ocupan de la preparación física de Alonso desde que comienza la pretemporada hasta que termina en noviembre. "Aquí las reacciones deben ser inmediatas; el flujo de las órdenes que manda el cerebro hacia las extremidades, fulminantes; y en todo momento hay que respirar muy bien y evitar que las emociones o los sustos aceleren las pulsaciones y condicionen el funcionamiento de todo el organismo humano".

"En la fórmula 1 hay que respirar muy bien y evitar que los sustos aceleren las pulsaciones"
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Alonso, de 23 años, es un modelo en muchos de estos aspectos. Si no tuviera un buen coche nadie hablaría posiblemente de él en estos términos, porque el mismo trabajo no cundiría en la pista. Pero esta temporada, en la que lleva ganados seis grandes premios, que ha subido al podio nueve veces en 12 carreras y que lidera el campeonato con una ventaja de 36 puntos sobre su más inmediato perseguidor, el finlandés Kimi Raikkonen, muchos detalles, que se habían pasado por alto, han sido conocidos.

"Las partes del cuerpo que más deben trabajar los pilotos son el cuello y la espalda", asegura Bendinelli. "Por tanto, es fundamental trabajar especificamente para reforzar estas zonas. Fernando

tiene el cuello de un boxeador, fuerte y bien musculado. Es difícil cogerle la cabeza e intentar movérsela hacia un lado y el otro si él no se deja. ¡No le van a degollar, seguro!". Según Bendinelli la mejor forma de adaptar el cuello a las exigencias de la fórmula 1 es corriendo. "Y hace 20 años que Fernando lo está haciendo. Todo su cuerpo se ha construido en torno a su cuello". El técnico italiano explica que en una ocasión, en Nurburgring, se subió al coche -no al bólido- con Alonso y que, tras ponerse el casco, en la primera curva le resultaba ya imposible aguantar la cabeza. "Con el peso del casco, la cabeza puede pesar cinco o seis kilos. Pero en una frenada de 280 km/h a 80 km/h el peso puede convertirse en más incluso de 15 kilos. La fuerza de gravedad (fuerza G) que se alcanza es 4 o 5 veces mayor que la normal", comenta Bendinelli. "Cualquier persona no resiste ni una vuelta".

La mejor cualidad genética de Alonso es que es muy rápido. "Eso es algo intrínseco en la persona: se es o no se es", agrega Bendinelli. "Trulli, por ejemplo, es un maratoniano. Fernando, en cambio, es un atleta de impulso. Lo único que necesita es aumentar la resistencia y la fuerza. Pero no quiere que el trabajo que requiere todo ello sea mecánico. Necesita estímulos constantes para no aburrirse: más deporte que gimnasio y carreras de lo que sea, siempre quiere competir y ganar en todo". Coger la bicicleta de montaña, ponerse los esquís, subirse a una canoa en aguas bravas, correr por el monte. Eso es lo que le gusta y lo hace sin ningún sacrificio. El gimnasio le cuesta más.

Pero es también indispensable para que los músculos respondan cuando reciben una orden del cerebro. "Sus reflejos son extraordinarios", prosigue Bendinelli. "Cuando hacemos pruebas con un semáforo, tarda menos de una décima de segundo en arrancar cuando se pone verde. El impulso que va del cerebro al pie es rapidísimo". La mayor dificultad está tal vez en mantener la concentración durante la hora y media que dura una carrera. "Pero Alonso no tiene problemas con eso, porque lleva haciéndolo desde que comenzó a competir en karts a los tres años". En las pruebas de test que tanto Bendinelli como Maganzi realizan con Alonso en el ordenador, han podido detectar que el latido de su corazón no se altera por las circunstancias que se produzcan en carrera. "En los momentos de máxima tensión Fernando puede alcanzar las 216 pulsaciones por minuto. Pero en carrera el máximo que le hemos detectado son 201. Sin embargo, pase lo que pase no se producen cambios bruscos. Fernando respira muy bien, controla las emociones y mantiene la frialdad en los peores momentos", agrega Bendinelli. "Cuando el año pasado sufrió el accidente con Ralf Schumacher en Montecarlo, mantuvo sus emociones bajo control en todo momento. Y cuando fue retirado en camilla en Estados Unidos, se acordó de levantar el dedo ante las cámaras para que su familia supiera que estaba bien".

Fernando Alonso saluda en Hockenheim antes del Gran Premio.
Fernando Alonso saluda en Hockenheim antes del Gran Premio.EFE

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