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Reportaje:

Ence amplía su dominio en Uruguay

Dueña de bosques y de un centro logístico en el país, va a construir ahora una planta de celulosa

Uruguay pesa cada vez más en los negocios de Ence y el medio ambiente es un filón prometedor para los nuevos dueños de la antigua empresa estatal de celulosa. En Uruguay, donde posee ya extensos bosques y un gran centro logístico, va a invertir 500 millones en una planta de celulosa. Y en medio ambiente, pese al rechazo argentino por esta causa a su fábrica uruguaya, Ence se dispone a participar en el nuevo mercado de derechos de emisión de gases de efecto invernadero y a vender en él sus derechos excedentes.

La fábrica uruguaya va a incrementar en un 50% la capacidad de elaboración de pasta de Ence, pero también va a aumentar mucho su deuda

El proyecto estrella del fabricante español de celulosa y papel, que presentará en los próximos días sus resultados del semestre, es la construcción de una planta de celulosa en Uruguay, que contará con una capacidad de medio millón de toneladas y que estará en funcionamiento en 2008. La inversión prevista para esta instalación, que va a levantarse en M'Bopiuá, junto al río Uruguay, asciende a 600 millones de dólares (unos 500 millones de euros).

El presidente del grupo, Luis Méndez, y su consejero delegado, Juan Villena, han asegurado en público, con motivo de la junta general de accionistas, que la fábrica uruguaya cuenta con todos los permisos ambientales y urbanísticos y que las obras para su construcción van a iniciarse en octubre.

El Gobierno argentino, sin embargo, no lo tiene tan claro. Dice que la fábrica de Ence, por su ubicación prevista en una zona cercana a su frontera, y otra planta que pretende construir la finlandesa Botnia, suponen un riesgo medioambiental que no ha sido suficientemente evaluado. Según el periódico argentino La Nación, el Gobierno de Kirchner estudia acudir a la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, para reclamar que no se instalen las fábricas hasta que no se realicen los estudios de impacto medioambiental.

Ence, que ya posee en M'Bopicuá una terminal logística operativa desde 2004 y en el país un patrimonio forestal en permanente expansión (más de 62.000 hectáreas) considera que Uruguay es hoy en el mundo el país que cuenta con un mayor potencial de desarrollo para nuevos proyectos de celulosa de eucalipto, dado que cuenta con medio millón de hectáreas plantadas susceptibles de servir para la producción de 2,5 millones de toneladas de celulosa.

El dólar y el precio de la pasta

La otra gran ventaja de redoblar la apuesta por Uruguay, según los directivos del grupo, es "dolarizar" el negocio. Los resultados de 2004 (véase el gráfico adjunto) estuvieron lastrados, argumentan, por la debilidad del dólar frente al euro y el encarecimiento del petróleo.

Uno de los mayores aciertos en la gestión reciente de Ence es, a juicio de los analistas, el contrato suscrito para cubrirse de la evolución de el euro frente al dólar, por un total de 821,6 millones de euros. La cobertura contratada el fabricante de celulosa se cubre contra las repercusiones de la debilidad del dólar hasta 2008.

Una mayor actividad en todos sus negocios y, sobre todo, el incremento de los precios de la tonelada de celulosa en los mercados internacionales explican la mejora que está registrando este año Ence en sus resultados. Así, su beneficio neto durante el primer trimestre ha sido de 13,20 millones de euros, un 66% más que en el mismo periodo del año anterior, y el resultado bruto de explotación (ebitda) generado alcanzó los 33,56 millones de euros, un 19% más que en periodo enero-marzo de 2003.

La fábrica uruguaya, señalan los analistas, incrementará en un 50% la capacidad de elaboración de pasta de Ence y le deparará una cuota de mercado mundial del 16,6%, lo cual es positivo, aunque se muestran menos satisfechos respecto a la financiación de la planta. La papelera solo ha desvelado al mercado, por ahora, que un 50% de la operación se financiará vía deuda. Y eso preocupa de oficio a los analistas, aunque el apalancamiento de la papelera, la proporción de recursos aportados por terceros (endeudamiento) para financiar un proyecto o entidad en relación con los recursos aportados por los promotores o propietarios del mismo (capital y reservas), está en torno al 46%, entre diez y quince puntos menos que lo habitual en su sector. La deuda de Ence se sitúa en torno a 2,75 veces su ebitda, un multiplicador elevado aunque no hace demasiado tiempo era aún mayor.

Los analistas no descartan que Ence amplie capital o de entrada como socios a terceros para afrontar la inversión uruguaya.

Otros principales focos de atención para el futuro inmediato de Ence son, según su presidente, la generación de electricidad a partir de combustibles renovables (biomasa) y limpios (gas natural) donde el grupo cuenta con un gran potencial y el Protocolo de Kioto.

El acuerdo internacional de contención de gases de efecto invernadero es una oportunidad para Ence, según sus gestores, porque va a poder poner en valor las ventajas competitivas que les depara "el ser propietarios de verdaderos sumideros de carbono, como son las masas forestales con más de 140.000 hectáreas, el generar energía de forma renovable y, lo que es más importante, el haber realizado un considerable esfuerzo de anticipación a través de inversiones para controlar y reducir las emisiones de CO2".

Ence ha recibido derechos de emisión de gases efecto invernadero por el 99% de lo solicitado, lo que permitirá obtener un amplio superávit de derechos en 2005 que va a poder comercializar en el mercado libre de estos derechos.

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