La Audiencia entregará al islamista Ikassrien a Marruecos, si es reclamado
La Audiencia Nacional tiene intención de extraditar a Marruecos al presunto terrorista islamista Lahcen Ikassrien, de nacionalidad marroquí, si este país lo reclama. Lo curioso del caso es que Ikassrien, que llegó la semana pasada a Madrid procedente de la base norteamericana de Guantánamo, donde ha pasado detenido los últimos tres años y medio, fue reclamado por España para ser juzgado por delito de pertenencia a banda terrorista.
La reclamación formulada por el juez Baltasar Garzón implicaba a Ikassrien en la célula española de Al Qaeda, que presuntamente dirigía el español de origen sirio Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah.
Sin embargo, ahora, a pesar de que el presunto terrorista fue reclamado a Estados Unidos, la Audiencia Nacional está dispuesta a entregarlo a su vez a Marruecos si este país aporta documentación que le implique en delitos de terrorismo.
En todo caso, se ha cursado una comisión rogatoria a Marruecos para que faciliten datos sobre su vinculación con organizaciones islámicas.
"Secuestrado"
Ikassrien declaró ayer ante el juez Fernando Grande-Marlaska, que el pasado lunes ya había decretado su ingreso en prisión por delito de pertenencia a organización terrorista. El marroquí, que lucía una larga barba y el pelo rapado, declaró al juez que se sentía secuestrado y que España actúa como si fuera una sucursal o los comisarios de Estados Unidos, ya que en lugar de dejarle en libertad, tras permanecer tres años y medio bajo una falsa acusación, le han metido en una celda de aislamiento.
El marroquí relató las torturas sufridas en Guantánamo y señaló que se marchó a Afganistán porque tenía una mala relación con su esposa. Allí, cuando sólo llevaba 25 días, resultó herido en el bombardeo de un mercado y un señor de la guerra local le entregó a los estadounidenses.
Ikassrien dijo que no sigue la religión islámica, aunque en los ochenta frecuentaba la mezquita de Villaverde (Madrid), cuando estuvo en España trabajando en la construcción. Cuando llevaba media hora declarando, sin motivo aparente, se negó a contestar a más preguntas.
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