Lo que nos une
Cuando ocurren tragedias como las de Madrid y Londres, lo prioritario es la atención a las víctimas y a sus familiares. Y a renglón seguido claridad, rigor y celeridad al investigar los hechos y poner los medios para que algo tan espantoso no vuelva a ocurrir. Pero el metro londinense vomita muerte y dolor y aquí estamos enzarzados en una absurda polémica inoportuna sobre si la ciudadanía se comporta de una ú otra manera, en lugar de preocuparnos por la convulsión que ello supone para las víctimas de los trenes madrileños y demás víctimas del terrorismo. ¿Somos tan dispares británicos y españoles? Sin riesgo a equivocarme podría decir que no.
Si acaso nos diferencia el sentido de Estado. Aquí aún mantenemos una desmedida afición a sacar la falcata a las primeras de cambio. Pero ambas sociedades han sufrido el azote terrorista y su ciudadanía comparte el coraje cívico resistente frente a la barbarie. Nos unen nuestras lágrimas por los ausentes y heridos, se vean o no.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.