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EE UU alcanza un acuerdo nuclear sin precedentes con India

Washington apuesta por Nueva Delhi como contrapeso a China

Yolanda Monge

Washington dio ayer un golpe de timón en su política exterior y cambió décadas de estrategias de varias administraciones encaminadas a disuadir a ciertos países para no desarrollar armas nucleares. El presidente George W. Bush llegó a un acuerdo con el primer ministro de India, Manmohan Singh -en su primera visita oficial a Washington-, por el cual ambos países compartirán tecnología nuclear civil.

Es un primer paso. Pero Bush parece decidido a avanzar más y promover nuevos lazos en materia nuclear entre India, emergente potencia militar y económica, y EE UU. Por eso solicitará al Congreso que modifique la ley que prohíbe vender tecnología nuclear a India y que acabará con décadas de antagonismo entre los dos países. "Fuentes de energía más limpias, incluyendo la energía nuclear, son vitales para el futuro de ambas economías", dijo Bush tras entrevistarse con Singh el lunes.

El acuerdo puede suponer un definitivo cambio de estatus para el país asiático: pasará de ser un paria -desde que hizo ensayos nucleares en 1974 y 1998 hasta su negativa a firmar el Tratado de No Proliferación nuclear (TNP)- a ser casi aceptado por la comunidad internacional en el club de los Estados nucleares.

Según informaba ayer The Washington Post, los participantes en la negociación del acuerdo aseguraron que existía un debate dentro de la Administración de Bush sobre si este acuerdo con India supondría relajar esfuerzos en poner cortapisas a los programas nucleares de Irán y Corea del Norte. Sobre la mesa está también la cuestión paquistaní: la pregunta es cómo se tomará Pakistán, rival regional de India y cercano aliado de Washington en su lucha contra Al Qaeda, este cambio de rumbo en la política estadounidense.

Si el acuerdo es aprobado, las compañías estadounidenses podrán ayudar a construir reactores y suministrar combustible nuclear a India. Sin embargo, Washington no reconocerá a India como una potencia nuclear -como el país asiático hubiera deseado-, ya que no está bajo el paraguas del TNP. Para obtener el apoyo de EE UU, India ha tenido que aceptar separar sus programas militares nucleares de los civiles, así como permitir inspecciones internacionales de sus arsenales.

Siempre según The Washington Post, quienes dentro de la Administración de Bush apoyan este acercamiento a India lo ven como una importante estrategia de la Casa Blanca para acelerar el desarrollo de Nueva Delhi como una potencia global que pueda servir de contrapeso en la región a China. También como parte de la estrategia, el Gobierno de Bush estaría buscando maneras de reforzar la postura de Japón en la zona.

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En un discurso pronunciado ayer en el Congreso, el primer ministro indio aseguró que su país tenía un historial impecable en cuanto a desarrollo nuclear. Y prometió a EE UU que India no ha sido ni será nunca una fuente de proliferación nuclear. Singh se declaró consciente de "la inmensa responsabilidad que supone poseer tecnologías avanzadas". El discurso de Singh en el Capitolio es el primero de un líder indio desde el que pronuncio el ex primer ministro Atal Bihari Vajpayee en 2000.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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