Una cita con Luis Mariano

Luis Mariano (Irún, 1914-París, 1970) triunfó como cantante, pero nunca olvidó sus sencillos orígenes ni su localidad natal, de la que se vio obligado a emigrar a Francia con su familia durante la Guerra Civil. El recuerdo es mutuo. Y prueba de ello es la exposición antológica que el Ayuntamiento de la localidad fronteriza ha organizado este verano para recordar la figura de un artista al que muchos consideran el irunés más universal.

La muestra, abierta hasta el 4 de septiembre en el Centro Cultural Amaia, arranca con una galería de fotografías en las que se puede ver al cantante durante sus actuaciones, atendiendo al público, charlando con otros artistas... No faltan en este espacio las imágenes con su amiga Carmen Sevilla, a quien, según se dice, pidió sin éxito en matrimonio.

"Pese al glamour que le rodeaba, era una persona sencilla y generosa"

Junto a las fotografías, el público puede contemplar la cámara de cine con la que el artista grabó escenas de su vida privada e, incluso, algunos intentos de películas, según explica el concejal de Cultura, Fernando San Martín.

El mundo de la escena centra precisamente otro de los apartados de la muestra, en el que se exhiben los trajes que Luis Mariano vistió en dos de las películas que protagonizó: Sueño de Andalucía y El cantor de Méjico. Un traje de torero y dos capotes se entremezclan con el típico sombrero mejicano, una pistola y, cómo no, los carteles de los filmes.

La exposición reserva su toque más intimista a la recreación del camerino del cantante. Allí se encuentran algunos de los objetos más personales del artista, como el maletín de maquillaje que llevaba consigo, de cristal y con la tapa de plata, y decorado con letras art decó. O el biombo que utilizó en el Teatro Châtelet de París, donde actuó durante muchos años. O el reloj de oro que encargó en Suiza.

También se exponen los cuadros y dibujos que realizó el cantante. Y las dedicatorias que le dedicaron personajes como el general Charles de Gaulle y el pintor Salvador Dalí. Y, por supuesto, la Virgen de Guadalupe que viajaba allí donde iba el artista. "Era un hombre con un gran fervor religioso. Siempre llevaba las medallas del bautizo, la comunión y la confirmación y se santiguaba al salir a actuar", apunta Itsaso Petricorena, comisaria de la exposición junto a Helena Elbusto.

La mayoría de los objetos expuestos han sido prestados por el secretario y amigo del cantante Patxi Lacan y por su esposa. Y es que el artista, soltero, encontró en ellos una familia. De hecho, dejó su herencia al hijo del matrimonio. "Pese al mundo glamuroso que le rodeaba", Luis Mariano, enterrado en Arcangues, cerca de Bayona, donde tenía su casa, era "una persona sencilla y generosa", destaca Petricorena.

La muestra es la principal actividad paralela organizada en torno al VIII Concurso Internacional de Canto Luis Mariano, celebrado la pasada semana. Completan el programa la ópera Don Pascuale, la primera que cantó el artista y que se oirá este sábado, y el pase de sus películas durante este mes y agosto.