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Reportaje:

Viaje kafkiano a China

La expedición del Espanyol encadena infinidad de contratiempos durante su concentración

Jordi Quixano

El viaje del Espanyol a China, donde disputa un torneo ante el Feyenoord holandés y el Nacional de Montevideo uruguayo, está resultando esperpéntico, kafkiano y rocambolesco. Un desastre. Pero el continente asiático está de moda. O su dinero. El Espanyol, no en vano, se embolsará cerca de un millón de euros por disputar el torneo. "El viaje es largo, los jugadores notan el cambio horario y, encima, no entrenan con la misma soltura por culpa del cansancio. Pero el dinero está ahí", susurraba a modo de lamento el técnico del Espanyol, Miguel Ángel Lotina, antes de partir. Por desgracia, esos problemas se han quedado en un aperitivo.

Vía Helsinki, el viaje de Barcelona a Shangai se cubrió en 18 horas. Largo pero previsible. Lo que no era predecible según la organización que realiza el torneo, es que el autocar que les trasladó de Shangai a Nanjing tardara cinco horas. La previsión estipulaba dos. Así que la expedición españolista perdió todo un día hasta poder deshacer las maletas. Después, tras dormir, los demás contratiempos se sucedieron.

Horas extras de autocar, libélulas en el entrenamiento y contadas botellas de agua

Cientos de libélulas de entre diez y quince centímetros pululaban por el césped del estadio olímpico de Nanjing, donde entrenó el equipo. Pero Lotina, a la búsqueda de que sus jugadores alcancen pronto la forma física adecuada para el inicio de temporada, consideró imprescindible entrenar. La canícula chinesa les acompañó en todo momento. Eso y la asfixiante humedad. Tan acusadas eran las condiciones climáticas que Lopo, como ejemplo, perdió cuatro kilos en el partido inicial contra el Feyenoord. "Tenemos que hidratar a los jugadores con sales minerales o mediante la nutrición. Mucha fruta, y alimentos con agua", razonó Edu Mauri, doctor del equipo. No imaginaba que el agua supondría otro contratiempo. En un primer momento, la organización decretó que los 25 jugadores más todo el cuerpo técnico podían consumir un total de 80 botellines de agua y que, si querían más; tocaba pagar.

Los organizadores parecen basarse en aquello de: "omitir la verdad no es mentir". A las horas extras de autocar, a la plaga de libélulas y a la limitación del agua, se ha unido la "lavandería gratis", como figuraba en el contrato. La organización lava cuatro prendas por jugador al día. Si quieren más; a pagar. Y no es lo único que pretendían cobrar. Dos horas antes del Espanyol-Feyenoord, el partido estaba oficialmente suspendido. Los promotores exigían 120 euros por periodista y 6.000 euros más a TV3 por retrasmitirlo. Tras dos horas reunidos los representantes de los equipos y el director de la organización, se liberó del pago. Con la multitud de contratiempos que está viviendo el equipo, la única vía de escape para la plantilla blanquiazul es el hotel en Nanjing, el Sheraton. La piscina, el gimnasio y el Spa hotelero sí están a la altura de lo esperado. La experiencia es un grado. "El viaje, hasta el momento, lo definiría de peculiar. Han existido problemas, pero lo atribuyo a que apenas tienen experiencia en organizar este tipo de eventos", argumentó Claudio Biern, vicepresidente del Espanyol e integrante de la expedición.

Ayer tampoco varió demasiado la cosa; el autocar cubrió los 50 kilómetros que separan a Nanjing de Suzhou en 3 horas. Allí, mañana, se medirán al Nacional de Montevideo, buscarán conseguir la medalla de plata -o de oro dependiendo del resultado entre el Feyenoord y los uruguayos- con que obsequia la organización al segundo. El viaje a China resulta tan beneficioso en lo económico como calamitoso en lo demás.

Tamudo, David García y Gorka, durante un entrenamiento en Nanjing.
Tamudo, David García y Gorka, durante un entrenamiento en Nanjing.CARLOS MIRA

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