Caravanas de verano
El desdoble de la carretera a Matalascañas plantea nuevos riesgos para Doñana
Las monumentales caravanas de vehículos que todos los veranos colapsan la carretera A-483, que enlaza la autovía A-49 (Sevilla-Huelva) con el núcleo turístico de Matalascañas, vuelven a reabrir el debate en torno al futuro de esta vía de comunicación. Los que acuden de forma regular a este tramo del litoral onubense reclaman, desde hace años, el desdoble de esta carretera, ya que no sólo se satura durante el periodo estival sino que, igualmente, registra un uso muy intenso algunos fines de semana y durante la romería de El Rocío. Como argumento adicional, los que piden esta mejora citan los altos índices de siniestrabilidad que se anotan en algunos tramos, problema que se aliviaría, sostienen, al convertir la carretera en autovía.
También los empresarios, ligados al sector turístico, consideran de vital importancia esta obra para conseguir que el núcleo de Matalascañas experimente un mayor desarrollo y que sus atractivos no se vean debilitados por las dificultades de acceso.
Desde los sectores conservacionistas, por el contrario, se reclama el cumplimiento estricto de lo acordado en el Plan de Ordenación Territorial del Ámbito de Doñana (POTAD), documento en el que se rechaza la posibilidad del mencionado desdoble. El Ayuntamiento de Almonte, del que dependen tanto El Rocío como Matalascañas, ha decidido estudiar todas las alternativas posibles, incluido el polémico desdoble, a través de la Mesa de la Sostenibilidad, en la que están representados todos los sectores implicados.
Aprovechando esta fórmula de negociación, el Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza (WWF-Adena) ha elaborado un completo informe sobre la situación de la A-483, en el que se detallan los perjuicios ambientales que acarrearía su desdoble y se plantean, descartando esta solución, algunas alternativas que servirían para mejorar el rendimiento de esta carretera.
Comienza Adena por desmontar el argumento de que el desdoble acabaría con los atascos y las caravanas. Estos incidentes se producen en momentos muy determinados del año, y son comunes, sostienen los ecologistas, a la mayoría de los destinos turísticos, con independencia de que cuenten con autovía o no. Además, añaden, "el propio diseño de Matalascañas tampoco facilita la rápida descongestión del tráfico, por lo que sólo la entrada y salida escalonada de los turistas puede ser una solución relativa a los atascos".
Los ecologistas también cuestionan los planteamientos de aquellos que defienden la polémica obra al considerarla imprescindible para garantizar el desarrollo turístico de Matalascañas. Este núcleo litoral es, para Adena, "un espacio urbano de segunda residencia, al que acuden, sobre todo, los habitantes de Sevilla, que durante su estancia apenas realizan desplazamientos en coche fuera de la zona urbanizada". El resto de visitantes que acude en verano "soportan los mismos inconvenientes que si acudieran a cualquier otro complejo turístico similar" y, por último, los que visitan la zona fuera de temporada no encuentran problemas y, además, en muchos casos "vienen buscando un entorno natural que quedaría seriamente dañado por el desdoble".
Si algo preocupa a Adena es que su rechazo a esta obra se interprete "como un desprecio por el valor de las vidas humanas". Con frecuencia se escuchan voces, ciertamente demagógicas, que consideran demencial someter a los automovilistas a un elevado riesgo de accidentes para salvar de la extinción al lince ibérico. "Es posible mejorar la seguridad del tráfico", asegura el informe de los ecologistas", sin poner más presión sobre el lince y otras especies de fauna protegida".
Los accidentes que se producen en la A-483 tienen su principal causa en el exceso de velocidad y en los adelantamientos temerarios, por lo que la raíz del problema no está en las condiciones de la vía sino en el poco respeto a las normas de circulación. En este sentido, la propuesta de Adena pasa por el establecimiento de "medidas que mejoren la educación vial de los conductores, el aumento del número de radares y controles de velocidad, la construcción de rotondas en los cruces peligrosos, la intensificación de los controles de alcoholemia y la disposición de nuevos límites de velocidad y adelantamiento en zonas conflictivas".
Cuando un visitante entra en esta comarca, explican, debe entender que se encuentra en un espacio natural único en el mundo, que requiere el "pago de unos peajes" para su uso, como puede ser la planificación de las infraestructuras viales "no sólo con criterios de volumen de tráfico, sino con criterios de sostenibilidad".
Sumidero de fauna
Miguel Delibes, profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana, explica el problema de manera bien sencilla. "Si el parque nacional fuera un buen productor de linces", advierte, "no sería tan grave el que murieran algunos individuos atropellados". Sin embargo, y aunque aún quedan algunas zonas que mantienen buenas tasas de reproducción, la escasez de conejos, fuente primordial de alimento para este felino, ha hecho que se pierda buena parte de la población reproductora que se situaba en otros sectores protegidos. "Es como una bomba de tiempo", precisa Delibes, "que se está cargando ahora y cuyos efectos conoceremos dentro de unos años, porque no es sostenible que disminuya la producción de linces y se mantenga la mortalidad".
Este es el principal problema de la A-483, lo que la ha convertido en un auténtico sumidero de fauna protegida. Según Adena, más del 50 % de los linces que nacen cada año en Doñana terminarán cruzando, en algún momento, esta vía, y los datos de atropellos así lo certifican. De los 38 linces que han muerto en esta comarca bajo las ruedas de un vehículo, 19 se han localizado en el eje de carreteras Mazagón-Matalascañas-El Rocío-Almonte. Las cifras adquieren su verdadera dimensión si se tiene en cuenta que la población total de esta especie, la que sobrevive a escala planetaria, apenas ronda el centenar de individuos, de los que en Doñana se concentran unos 20 o 25, entre los que apenas se cuentan cinco o seis hembras reproductoras.
El desdoble de la A-483 multiplicaría el riesgo de atropellos porque, al margen de intensificarse el tráfico y aumentar la velocidad media de los vehículos, la obra obligaría a invadir nuevos terrenos que hoy están protegidos.
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