Un patinador muere al chocar con un coche en Ciudad Universitaria
Víctor Emilio Ruperti, un patinador de 24 años de origen ecuatoriano, murió en la madrugada de ayer tras chocar contra un turismo que circulaba correctamente por la Ciudad Universitaria. El deportista, que iba junto con otros aficionados, fue reanimado por los sanitarios del Samur-Protección Civil de la parada cardiorrespiratoria en la que entró, pero falleció a los pocos minutos, según un portavoz de Emergencias Madrid.
Los hechos ocurrieron pasada la medianoche. Ruperti bajaba por el camino de las Moreras, desde la avenida de Reina Victoria, cuando cruzó de forma indebida a la altura de la calle de Ramiro de Maetzu, golpeándose contra un turismo que circulaba correctamente.
El patinador chocó con la parte delantera derecha del vehículo, quedó tumbado en la calzada y entró en parada cardiorrespiratoria. Presentaba numerosos traumatismos muy graves por todo el cuerpo. Los facultativos de una UVI móvil del Samur que se desplazaron al lugar de los hechos lograron reanimarlo. Pero murió al poco, cuando iba a ser trasladado a un centro hospitalario ante la gravedad de las lesiones que sufría, según explicó el portavoz de Emergencias Madrid.
Los psicólogos del Samur tuvieron que atender a la decena de personas que iban en el mismo grupo que el patinador fallecido. El conductor del vehículo también sufrió una crisis nerviosa. El cadáver del joven patinador fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, en la propia Ciudad Universitaria, donde le fue practicada la autopsia ayer por la mañana.
La víctima sólo llevaba como documentación un abono transporte, a través del cual se pudo saber su identidad. Se trataba de Víctor Emilio Ruperti, de 24 años. Residía en la plaza de Puerto Rubio, junto a la avenida de la Albufera y la M-30, en el distrito de Puente de Vallecas. Se casó hace ocho años y tenía dos hijos de seis y dos años y medio, respectivamente. Trabajaba como pintor. Residía en España desde hacía tres años, junto con su familia.
La afición de Ruperti al patinaje le venía "de muy lejos", según contó su esposa en la sala 7 del Tanatorio Sur, donde fue instalada la capilla ardiente. Lo practicaba ya en su país de origen, Ecuador. "Sabía que algo raro estaba ocurriendo porque él no suele tardar tanto en volver a casa. Según me ha dicho la policía, no iba por la acera y cruzó la calle por un lugar indebido", señaló la esposa.
Poco después de llegar a Madrid, Ruperti contactó con un grupo de aficionados al patinaje que sale todos los jueves por la noche a recorrer la ciudad aprovechando la menor circulación que hay a esas horas: "Se iba sobre las diez de la noche y regresaba a casa a las dos de la madrugada como muy tarde", explicó la mujer. La familia tiene previsto trasladar el cuerpo de Ruperti a Guayaquil (Ecuador) en los próximos días.
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