Almunia advierte de que el déficit exterior español es "insostenible"

El comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, dio ayer una de cal y una de arena a la economía española. Tras afirmar que España "deslumbra" en la zona euro, no ocultó su preocupación por el déficit exterior, "una situación no sostenible en el medio y largo plazo y que refleja una pérdida de competitividad". El déficit se ha duplicado entre enero y abril, hasta alcanzar los 20.781,7 millones de euros.

El déficit exterior (diferencia entre todos los intercambios de España con el extranjero) es, en palabras de Almunia, "amplio, grande y creciente". Este indicador genera "sombras" en la economía española, que, por lo demás es la única de toda la zona euro con una situación "boyante", en opinión del comisario. Almunia intervino ayer en Santander en la clausura del curso Retos de la economía española, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

El avance imparable de los desequilibrios, que se han duplicado en los cuatro primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2004, exige reformas estructurales por parte del Gobierno, reflexionó Almunia: "Una vez en el euro, tenemos muchas ventajas, pero no podemos acudir a la depreciación [para corregir el déficit] y tenemos que ajustar nuestras pérdidas de competitividad introduciendo reformas estructurales y eso lo sabe bien el Gobierno español". Pese a todo, el responsable europeo de Economía restó dramatismo a sus palabras al añadir: "El caso español no es el más preocupante".

La valoración de Almunia se produjo tras conocerse el último dato de la balanza de pagos que publica mensualmente el Banco de España. El déficit exterior ascendió a 20.781,7 millones de euros en los cuatro primeros meses del año, una cifra que duplica la registrada entre enero y abril de 2004. El mayor dinamismo de las importaciones frente a las exportaciones y el estancamiento de los ingresos por turismo explican en buena parte el deterioro.

Crecen las importaciones

Así, la brecha entre importaciones y exportaciones se elevó a 20.519,7 millones, lo que representa un incremento del 46,8%. Las compras de productos del exterior avanzaron un robusto 13,2%, mientras las ventas de productos españoles a otros países se quedaron en un 3,5%. La fuerza de la demanda interna impulsa las compras en el exterior, al tiempo que la debilidad de la zona euro, principal cliente de España, ralentiza las exportaciones. A estos factores se une una pérdida de competitividad de los productos españoles.

También se duplicó el déficit de la balanza de rentas (recoge principalmente los ingresos que ciudadanos españoles obtienen, por ejemplo, al trabajar en la vendimia francesa y viceversa). De 2.619,4 millones ha pasado a 4.880,3.

Otro de los elementos que más inciden en el déficit exterior es la balanza de servicios, que refleja esencialmente los ingresos y pagos por turismo. El superávit de este apartado se ha reducido un 13,35%. El problema no es tanto que disminuya el gasto de los turistas en España (disminuye levemente) como que aumenta lo que los españoles gastan en el extranjero, lo cual debilita el saldo.

La balanza de transferencias (recoge las remesas de inmigrantes y los fondos de la Unión Europea) también ha reducido un 58% su excedente.