'La piel vendida' descubre la intimidad del cine porno
Nacho Vidal interviene en el documental junto a otros actores, directores, productores y críticos
Duro? Más jodido es trabajar en el andamio o levantarse cada mañana para ir a la oficina". Así se refería Nacho Vidal a la profesión que le ha mantenido ocupado los últimos diez años, y de la que acaba de retirarse. "Si tuviera la oportunidad, volvería a hacer exactamente lo mismo", asegura la estrella del porno. Ahora, quizá por exigencias de su recién estrenada vida matrimonial, Vidal deja vacante el trono que Rocco Siffredi le había cedido.
La piel vendida, dirigida por Vicente Pérez Herrero, retrata las luces y sombras de un mundo rodeado de mitos e incógnitas; un negocio, al fin y al cabo, que mueve en España unos 350 millones de euros al año. El documental muestra, a través de actores, directores, productores y críticos de la industria del porno español, las historias de éxito y fracaso de algunos de sus miembros más destacados. Algunos, como Anastassia, una de las actrices que aparecen el filme y a la que su padre acompaña a los rodajes, logran compaginar su vida profesional con la personal. Otros no lo consiguen, y la presión que sienten al ocultarle su vida a sus familias "termina por producirles algún tipo de trauma", dice la ex actriz Bibian Norai.
Ése, sin embargo, no es el caso de esta última, reconvertida en productora y directora de cine porno. "Lo más duro para mí era el dolor que me producían algunos zapatos durante el rodaje", confiesa sarcásticamente. Bibian Norai, el personaje que sirve de hilo conductor en la narración, asegura en el filme que es una profesión que "no debe hacerse sólo por dinero". Ella decidió abandonar, después de años de rodajes, un día en que se sintió "incómoda con una penetración anal".
Vidal aprovechó para denunciar el "victimismo" que existe en "la profesión". "Tú pones precio a lo que quieres hacer, nadie te obliga con una pistola. Luego no puedes quejarte y decir que era desagradable", afirma ofendido. "La gente espera ver en el documental que todo es tétrico, oscuro; que hay una mafia y que maltratamos a las mujeres, pero no es así".
Argumento
Román Gubern, catedrático de Comunicación Audiovisual, aparece en el documental reflexionando acerca de las fronteras del cine porno y el cine "convencional". El eterno debate sobre qué sucedería si en vez de una llama apareciera una escena de sexo explícito cuando dos personas se ven presas de la pasión. Para Nacho Vidal, sin embargo, está muy claro: "El porno y el cine convencional deben estar separados". Para el ex actor, que asegura haber rodado más de 2.000 películas y se declara "un gran consumidor de dicho género", "el argumento en una película pornográfica no tiene ningún interés, no es esa la función que cumple". "Si no te puedes masturbar, no aguantas hasta el final de ninguna película", asegura tajante.
El director del documental se mostró de acuerdo con dicha teoría, pero Bibian Norai reivindicó un cine porno que abarque todos los gustos, "para las que también nos excitamos con el argumento".
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