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Una empresa explota y estafa a 120 malíes con la promesa de empleo y papeles

CC OO pide la intervención del delegado del Gobierno, que va a abrir una investigación

Oriol Güell

Tras haber trabajado un mes sin cobrar y haber pagado previamente 300 euros para tramitar la regularización de su situación en España, más de un centenar de ciudadanos de Malí descubrieron ayer que han sido víctimas de una estafa. La empresa que supuestamente les había contratado no existe, según asegura el sindicato CC OO, y todos los papeles que tienen en su poder (contrato de trabajo, recibo de los 300 euros que entregaron y los cheques que recibieron como primer salario) son falsos.

Los malíes explican que salieron de su país hace varios meses con la esperanza de un trabajo en España. Cruzaron el desierto del Sáhara y el Estrecho tras pagar miles de euros a las mafias que trafican con personas. Ayer, estafados y asustados, terminaron en la sede de Comisiones Obreras para pedir ayuda.

"Yo estaba en un parque y se me acercaron dos personas que me ofrecieron trabajo y papeles", explicó en francés Djibi Kanouté, de 31 años. "Un amigo me dijo que un jefe español quería personas para trabajar y daba papeles", añadió, éste en español, Seydou Sissoko, de 24 años.La supuesta oferta de trabajo les fue hecha a este centenar de inmigrantes procedentes de Mali a finales de mayo y principios de junio. En realidad, era la primera de las muchas mentiras que los responsables de la estafa han contado a los inmigrantes. Luego les dijeron que Tajo era una empresa real dedicada a la "limpieza en general", según consta en el sello de la supuesta compañía que figura en todos los documentos falsos. CC OO ha comprobado que tal empresa no está inscrita en ningún registro.

Los inmigrantes también fueron engañados cuando dieron 300 euros como anticipo para gestionar el contrato laboral y la obtención del permiso de residencia en España, algo que, además de falso, es ilegal. La mentira incluso fue llevada al papel: J.A.F. les dio un recibo, con el sello de Tajo, en el que consta el pago de 300 euros por el concepto de "arreglo papeles para trabajar". Los inmigrantes debían hacer frente al pago de otros 2.300 euros cuando estuvieran trabajando, según les explicaron los estafadores.

Pero las mentiras continuaron. La supuesta empresa les hizo firmar un falso contrato de trabajo en el que consta una jornada laboral de 40 horas a la semana, 30 días de vacaciones y un salario mensual bruto de 750 euros. A principios de junio, los inmigrantes empezaron a trabajar, pero, en lugar de limpiar, lo que han hecho durante un mes ha sido repartir publicidad en buzones.

A principios de julio, los inmigrantes reclamaron a los estafadores el pago de su primer salario. "Yo creía que al fin había conseguido trabajo y los papeles en España. Estaba ilusionado con mi primer salario, pensando qué iba a hacer con el dinero", explicó otro de los afectados, con la ayuda de un intérprete.

Pero lo único que recibían de la ficticia empresa eran largas. El pasado martes, tras mucho insistir, les entregaron unos cheques. Fue su última y más cruel mentira. Al acudir al banco, descubrieron que los cheques no tenían fondos.

Impunidad

Uno al lado del otro, medio centenar de afectados por la estafa aguardaban información en la mañana de ayer en el auditorio de CC OO en la calle de Lope de Vega. Algunos tenían la mirada perdida, otros se tapaban la cara con las manos. Casi ninguno habla español y en sus rostros se mezclaban a partes iguales la tensión, el desconcierto y la tristeza.

Los malíes que acudieron al sindicato afirman que entre 100 y 120 compatriotas han sido estafados. Pero CC OO tiene noticia de ciudadanos latinoamericanos que también pueden haber sido afectados. "Esto es sólo la punta del iceberg. Los afectados pueden ser cientos, porque los responsables de esto parece que han actuado con impunidad", explican desde CC OO. Como ejemplo, aportan un ejemplar de la revista Latino, dirigida a inmigrantes, en la que el pasado 17 de junio ya se publicó un reportaje alertando de la estafa con el nombre de la empresa y los de sus responsables.

EL PAÍS habló ayer con uno de los responsables de la empresa, J. A. F., a nombre de quien van firmados todos los papeles en poder de los inmigrantes. "Yo creía que todo era legal en la empresa. Creo que a mi también me ha engañado mi socio", alegó.

El "socio" de J. A. F. es un hombre cuya identidad corresponde a las iniciales M. J. Ayer nadie contestó al timbre de su domicilio. Una vecina explicó que M. J. "llegó al edificio hace dos o tres semanas". "Venían muchos inmigrantes, africanos, latinos y chinos. A una vecina él le explicó que tenía una empresa de limpieza y que algunos trabajadores venían a la casa a comer o cenar", añadió.

CC OO denunció ayer el caso ante el Ministerio de Trabajo y la Delegación del Gobierno en Madrid. Un portavoz de este organismo informó de que el delegado del Gobierno, Constantino Méndez, se reunirá con representantes de CC OO para informarse del caso e iniciar una investigación. Un portavoz de CC OO explicó que "lo más importante es que las víctimas de esta estafa cobren el dinero que se les adeuda por un mes de trabajo y que se aclare su situación legal en España".

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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