El Sabadell, el banco lanero
El economista Adrià Royes analiza en una tesis los primeros 25 años de la entidad financiera
Muchos bancos desaparecieron durante los siglos XIX y XX. Uno de los que sobrevivieron fue el Banco de Sabadell, que el año próximo cumplirá 125 años. Y la antigüedad del banco sirvió en su momento a Fabián Estapé para decir que, junto con La Caixa, había hecho falso el aforismo de que los catalanes no eran buenos banqueros.
El economista Adrià Royes, presentó ayer su tesis doctoral sobre los primeros 25 años de esta entidad bancaria, nacida en 1881. El banco se creó "para cubrir las necesidades de financiación de los industriales y para el suministro de lanas, materia prima básica para la industria local", afirma Royes, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, que en su momento ya publicó un libro sobre el Banco de Terrassa.
Las conclusiones de la tesis de Royes se centran en los factores más relevantes de la toma de decisiones estratégicas del Banco de Sabadell entre 1881 y 1907. Pero la historia de la entidad pasa por unos inicios como banco industrial. Como dice el autor, "la necesidad de conjugar ambos negocios, banco y lanas", fue una constante en sus primeros años. Progresivamente, el banco fue abandonando la banca industrial para centrarse en las actividades de banca comercial.
Royes sostiene en su trabajo que "las empresas son dependientes del entorno para el cual desarrollan recursos y capacidades adecuadas, que van marcando una trayectoria de crecimiento que puede permitir una ventaja competitiva clave o situar a la empresa en una mala posición estratégica". El economista analiza por qué el Sabadell mantuvo una actividad deficitaria como era la del suministro de materia prima (lana) durante sus primeros 26 años. Además, en esta época el banco era propietario de una empresa lavadora de lanas en Bedarieux (Francia). Y fue pionero en la internacionalización al abrir una sucursal en Buenos Aires en 1890. "Sólo cuatro años más tarde esta sucursal sufrió una grave crisis arrastrada por la crisis argentina y por las erráticas oscilaciones del tipo de cambio de la peseta".
El banco lo fundaron 127 accionistas, la mayoría de ellos, empresarios textiles, aunque también había comerciantes, panaderos y maestros de obras. De los 127 fundadores, 121 vivían en Sabadell. Royes también cree que el peso del conocimiento acumulado en el desarrollo de la venta de lana, es decir, los contactos establecidos, la información adquirida y la experiencia en el negocio, hacía más fácil continuar con esta actividad empresarial que abandonar el negocio, aunque arrojara pérdidas.
La banca comercial, a la postre, se convirtió en la especialidad del banco. Y así hasta la actualidad, demostrando con hechos lo que en su momento dijo el economista Fabián Estapé.
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