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El PSdeG apremia al BNG para cerrar el acuerdo esta semana

Touriño no asumirá que el Estado tiene una deuda con Galicia

Xosé Hermida

Las negociaciones entre PSdeG y BNG para formar el próximo Gobierno gallego se han frenado por las diferencias sobre la reforma del Estatuto de Autonomía y la reclamación nacionalista de que se asuma la existencia de una "deuda histórica del Estado con Galicia". El PSdeG ha apremiado a sus interlocutores para cerrar el acuerdo esta semana, antes de que se constituya, el próximo día 18, el Parlamento autónomo, un propósito que portavoces autorizados del BNG consideraron ayer "tremendamente difícil".

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Los socialistas esperaban cerrar durante el fin de semana el acuerdo programático para dedicar los próximos días a otra negociación que se presume ardua, la estructura y el reparto de poder en el futuro Gobierno. Pero las conversaciones se empantanaron en la medianoche del sábado. Según el PSdeG, los nacionalistas presentaron por sorpresa un nuevo documento que endurecía sus posiciones. El BNG asegura que, tras los progresos de los primeros días, los socialistas se han encastillado en asuntos que el Bloque considera cruciales.

Al margen de las diferencias de fondo, entre los futuros socios ha surgido una discrepancia sobre el ritmo de las negociaciones. El PSdeG quiere tener cerrado el pacto antes de la constitución del nuevo Parlamento, el próximo lunes. Los socialistas consideran que un acuerdo rápido sería el mejor modo de responder a la "esperanza que la mayoría de los ciudadanos ha depositado en el cambio". Además, entienden que el reparto de cargos institucionales en la Cámara tiene que debatirse al mismo tiempo que la estructura de poder del Gobierno.

Pero en el BNG opinan que sus futuros aliados "tienen demasiada prisa". Los nacionalistas comparten que sería un buen comienzo que el acuerdo estuviese listo para cuando se constituya el Parlamento, pero destacados dirigentes del Bloque se mostraron ayer escépticos sobre la posibilidad de que se consiga ese objetivo, ya que aseguran que aún hay diferencias sustanciales sobre el programa y ni siquiera se ha empezado a hablar de cargos.

Fuentes de ambas formaciones coinciden en que las discrepancias fundamentales se sitúan en dos asuntos que el BNG ha colocado en primera línea de la negociación, la reforma del Estatuto de Autonomía y el reconocimiento de la "deuda histórica de Galicia".

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Los socialistas dicen que son los primeros en proponer que se modifique la norma fundamental de la comunidad autónoma, pero no quieren convertirlo en el gran asunto de la legislatura, como ha ocurrido en Cataluña. Tampoco están de acuerdo en que el Gobierno autónomo asuma la defensa del término "nación", ya que, aducen, de ese modo se cerraría la posibilidad al consenso con el PP, imprescindible para aprobar la reforma. El PSdeG ha propuesto una fórmula más ambigua que aluda al "carácter nacional" de Galicia.

El BNG entiende que si no se sigue el ritmo de reformas marcado por Cataluña y el País Vasco, Galicia "perdería su condición de nacionalidad histórica", por lo que considera que se trata de una cuestión política clave. Aunque fuentes de la dirección nacionalista afirman que su propósito no es desbordar los límites de la Constitución, mantienen que tampoco deben imponerse restricciones previas a las propuestas para la reforma.

El Bloque no renuncia, de momento, a que el programa de Gobierno asuma como uno de sus propósitos saldar la "deuda histórica del Estado con Galicia". Los nacionalistas han cifrado esa deuda en 21.000 millones de euros. "Sabemos que eso no se va a arreglar con un talón que nos den pasado mañana", argumenta el líder del BNG, Anxo Quintana. "Será un proceso largo, pero hay que iniciarlo". El futuro presidente, el socialista Emilio Pérez Touriño, se muestra muy firme al respecto. En una entrevista que emitió ayer la cadena SER, el líder del PSdeG convino en que Galicia tiene "un importante déficit de infraestructuras", pero advirtió de que no va a aceptar una expresión como "deuda histórica" por considerarla "partidaria, propia de la identidad y el ideario nacionalistas".

Las delegaciones de los dos partidos retomarán hoy el diálogo, y el PSdeG insistirá en apremiar a los nacionalistas, según avanzaron fuentes de su dirección. Si la situación sigue bloqueada, portavoces de ambas fuerzas coincidieron ayer por separado en apuntar que sería necesaria una entrevista personal entre Touriño y Quintana, quienes hasta ahora han permanecido al margen y con escasos contactos entre ellos.

Anxo Quintana, en primer término, saluda a Emilio Pérez Touriño, el viernes pasado, en presencia del vicepresidente segundo de la Xunta, José Manuel Barreiro, tras participar en un acto de solidaridad con las víctimas de Londres.
Anxo Quintana, en primer término, saluda a Emilio Pérez Touriño, el viernes pasado, en presencia del vicepresidente segundo de la Xunta, José Manuel Barreiro, tras participar en un acto de solidaridad con las víctimas de Londres.EFE

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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