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Ecología Real

La familia real británica, con la reina Isabel II y su hijo y heredero, el príncipe Carlos, a la cabeza, parece haberse convertido a la causa ecológica. El príncipe de Gales desea instalar en su finca de Highgrove, en el condado de Gloucestershire (suroeste), un sistema de energía limpia, que podría vender incluso el sobrante a la red nacional. Gracias a ese sistema, en el que trabaja actualmente una empresa escocesa llamada Buccleuch Bioenergy, en un principio se generaría calefacción y agua caliente y, eventualmente, también electricidad. El sistema se alimentaría con madera de los árboles de la finca o sus proximidades, que habría que sustituir eventualmente por otros. Según el dominical The Sunday Times, la pasión ecológica del heredero del trono tiene, sin embargo, como límite la estética, y así se sabe que Carlos de Inglaterra no ha querido instalar turbinas eólicas en su finca porque cree que afean el paisaje. El heredero del trono no es, sin embargo, el primer miembro de la familia real en recurrir a las energías limpias. Su madre, Isabel II, dio recientemente instrucciones para que un molino de agua cercano a Balmoral que no se estaba utilizando fuese reconvertido de forma que suministrase energía hidroeléctrica al castillo y vertiese el sobrante a la red nacional. La Reina quiere también instalar un sistema similar en su castillo de Windsor, cerca de Londres: proyecta instalar una planta hidroeléctrica en el Támesis que proveería la necesaria electricidad y que sería el primero de su clase en el sureste de Inglaterra.

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