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Entrevista:Pina Bausch | Coreógrafa

"Necesito expresar las situaciones olvidadas"

La sacerdotisa del teatro danzado, Pina Bausch (Solingen, Alemania, 1940), se presenta con cinco minutos de retraso a la entrevista. Alguien comenta que, probablemente se ha detenido a fumar el último cigarrillo antes de entrar en el teatro de La Fenice. El poder transgresivo del movimiento de Pina Bausch y de su compañía, el Tanztheater Wuppertal han desembarcado en la ciudad véneta para presentar hasta el próximo miércoles el espectáculo Para los niños de ayer, hoy y de mañana. La coreógrafa no había vuelto a Venecia desde hace 13 años, cuando presentó Viktor antes de que las llamas devorasen el teatro lírico en 1996. No oculta el buen ánimo con que festeja su regreso a la ciudad. Para los niños de ayer, hoy y de mañana ha sido visto el año pasado en el Teatre Nacional de Catalunya dentro de la programación del Fórum de Barcelona. Intervienen 14 intérpretes, entre los cuales figuran consagrados como Lutz Förster, Dominique Mercy y la española Nazareth Panadero.

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Philippine de las tijeras

Pregunta. En Para los niños de hoy, ayer y de mañana, la infancia es vista como un viaje infinito, dibujada con una gran riqueza de aristas.

Respuesta. Las piezas de esta obra hablan de muchos temas: la fragilidad, la ternura, la tristeza, el amor, la alegría... Cada parte del espectáculo puede ser experimentada por cada persona en forma diversa. Siempre queda abierta la posibilidad para que cada uno mire, viva, sienta a su manera. A mí lo que me interesa es contar la experiencia de la vida humana contemporánea, no la mía. Siempre necesito expresar las situaciones humanas que tal vez son olvidadas.

P. ¿Qué pueden aprender los adultos de los niños?

R. Con frecuencia se mira a los niños desde el punto de vista de la espontaneidad, pero no es justo, porque también ellos atraviesan por situaciones complicadas. He tratado de reflejar las situaciones difíciles por las que también pasan los niños. El ser humano es siempre el niño que hemos sido durante la infancia, y en consecuencia, el adulto es producto de su pasado. He escogido el título de un libro de cuentos de un indígena norteamericano que lo dice todo [Native american stories and nocturnal activities for children, de Michael J. Caduto].

P. ¿Los artistas de la compañía tienen vía libre para la interpretación?

R. Hay un espacio para la interpretación, pero existe un texto escrito que se debe respetar. Cada espectáculo ha sido estudiado con mucha precisión.

P. La española Nazareth Panadero es casi un icono en la obra.

R. Nazareth es fantástica, es un fenómeno. Ha sido una fortuna haberla encontrado y hemos establecido una linda relación, que espero se mantenga para toda la vida.

P. ¿Cómo explica la evolución creativa de su trabajo coreográfico?

R. Cuando pienso en mis trabajos realizados en el pasado los veo como olas: algunos tal vez expresan sentimientos más tristes; otros parten de la cresta y son más alegres. Algunas veces llegan lapsus verdaderamente duros de superar, incluso me he llegado a plantear la imposibilidad de continuar trabajando. No soy una persona que se dé por vencida fácilmente, pero es siempre muy difícil saber dónde y cómo recomenzar.

P. ¿Por qué?

R. Porque en ocasiones creo haber ya dicho todo lo que tenía que decir con mis espectáculos. Creo que ya he dicho todo lo que se puede y haber dado todo lo que se puede.

P. ¿Tal impresión se debe a que se siente decepcionada de la humanidad?

R. Absolutamente, no. Recomenzar es difícil, no porque no exista la fuerza de voluntad en mí, sino porque no encuentro nada nuevo que expresar.

P. ¿De qué manera los viajes exploratorios por algunos países como Japón, Brasil, Corea, entre otros, han cambiado su forma de trabajar?

R. Han dado una nueva dimensión al trabajo, que se ha nutrido de otros elementos. Ha servido a la compañía para captar otros aspectos menos terribles de la humanidad de nuestros días. Siento la necesidad de mostrar que hay muchas otras cosas hermosas que decir.

P. ¿Cómo recuerda el homenaje que le hizo Almodóvar en Hable con ella?

R. Nos conocemos desde hace muchos años y es muy fácil ser amiga de Almodóvar porque le estimo mucho. Él sabe hacer sentir a sus anchas a las personas con las que trabaja. Soy una persona muy tímida y me cuesta mucho trabajo ponerme delante de un plató cinematográfico. Me dan ganas de escapar [se cubre con una bufanda negra]. Almodóvar ha logrado quitarme un poco la timidez y hacerme sentir cómoda. La compañía [Tanztheater Wuppertal] es como una familia y las cosas que hacemos juntos quedan como experiencias de vida.

P. ¿Qué ha aprendido del contacto con el flamenco?

R. Las tres noches de flamenco realizadas en 1998, 2001 y la última en 2004 son como una fiesta entre amigos. Han sido experiencias fantásticas. Aunque no soy una bailarina de flamenco, me gusta, lo siento y conozco a muchas personas del ambiente.

P. ¿Con qué temas está trabajando para el nuevo espectáculo?

R. Mi trabajo se construye de sensaciones, es difícil anticipar detalles en este momento. Voy por la vida con unas antenas bien levantadas, tratando de entender qué debo hacer. Mi mente trabaja como un satélite enviado al espacio, tal vez para encontrar algo.

P. Pero su mente está llena de ideas...

R. Espero seguir sorprendiendo [ríe por primera vez durante la entrevista].

La gran inventora del teatro danzado vuelve estos días al teatro de La Fenice, después de 13 años de ausencia.

Pina Bausch, figura extraordinaria de la creación contemporánea, ha elegido para su retorno veneciano

Para los niños de hoy, de ayer y de mañana, un montaje sobre la infancia. "El adulto es producto de su pasado",

afirma la coreógrafa, que se empeña en "expresar las situaciones humanas que tal vez son olvidadas".

Pina Bausch.
Pina Bausch.TEATRO DE LA FENICE

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