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Reportaje:

Reparto de beneficios

Arranca una asociación de empresarios que busca ayudar a facilitar la integración de colectivos con pocos recursos

"No se pretenden hacer muchas cosas, sino proyectos serios". La propietaria de la frase es Lucía Iborra, empresaria de larga trayectoria a pesar de tener 32 años y secretaria general de la Asociación de Empresarios Solidarios Valencianos, una nueva experiencia creada en diciembre del año pasado pero que está dando ahora sus primeros pasos concretos. La asociación ha nacido con ámbito de actuación autonómico y pretende mentalizar y aglutinar esfuerzos entre los empresarios. "Todos los empresarios, grandes y pequeños, podemos hacer algo para mejorar la sociedad", explica Lucía Iborra. Inmigrantes, discapacitados u otros colectivos con riesgo de exclusión social son, por ello, sobre los que focaliza su interés esta asociación valenciana. Iborra también bromea y defiende que hay un cierto "egoísmo" en esta iniciativa ya que "si ayudas, en el fondo viviremos mejor".

A partir de un núcleo inicial de ocho empresarios (entre los que además de Iborra está Jesús Navarro (Proaliment) o Luis Batalla (Lubasa), la secretaria general defiende la intención de huir del elitismo y la decisión de aunar todos los esfuerzos posibles. La cuota anual (de 300 euros) se muestra como prueba de la intención. Presidida por José María Jiménez de la Iglesia, la intención de la asociación es alcanzar el centenar de miembros antes del próximo otoño.

El primer paso concreto, en cualquier caso, de la Asociación de empresarios solidarios fue la firma de un convenio con La Florida para colaborar en la formación de inmigrantes o discapacitados, entre otros. Y el segundo paso será la firma el 27 de junio de un acuerdo con La Caixa. El acuerdo se traducirá en que la asociación estudie los proyectos que se presenten y su aceptación posterior permitirá acceder a un crédito sin aval "para iniciar proyectos empresariales por parte de personas sin recursos", explica Iborra. El crédito será de 15.000 euros, según la previsión.

En la carpeta de trabajo está el Servef, con quien intentan articular una colaboración que, en este caso, busca formación específica con la idea última de incorporar a los beneficiarios a empresas. Lucía Iborra defiende que el proyecto tendrá un seguimiento, es decir, que no se pretende encontrarle un trabajo a una persona y olvidarse de ella. "Prefiero hacer pocas cosas al principio", dice la empresaria, "pero concretas". "Pocos proyectos pero reales", insiste todo el tiempo.

La empresaria destaca la originalidad de la iniciativa e insiste en que en España no hay ninguna otra asociación de este tipo. "Es un tema a largo plazo. Lo difícil era empezarlo", resume Lucía Iborra.

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