La limusina deportiva

Con una longitud de 5,3 metros y sus enormes llantas de 19 pulgadas, el Flyng Spur presenta una imagen imponente. El frontal, con los cuatro faros y la parrilla cromada, le identifica con Bentley. Y el conjunto transmite elegancia y poderío, pero no resulta prepotente. Para Dirk van Braeckel, responsable del diseño, "la mesura ha sido siempre una de las virtudes de Bentley; incluso en los primeros tiempos, muchos compradores preferían los Bentley a otros coches más ostentosos".El interior se desmarca de la discreción externa y aporta una atmósfera exquisita de estilo clásico y acabados artesanales: relojes analógicos, profusión de detalles cromados, y los mejores cueros y maderas. La marca afirma importar las pieles del norte de Europa, donde el clima frío evita que los insectos dañen el cuero. El espacio disponible, las suspensiones neumáticas y los accesorios (climatizador, asientos eléctricos con calefacción y ventilación) aportan un gran confort. Pero la comodidad se refuerza con la disposición interior de cuatro plazas (opcional por 5.690 euros), que incluye dos butacones traseros con masaje y una consola central compatimentada.Entre las opciones puede añadirse televisión (1.035 euros) y techo solar (775), pero se echan en falta detalles básicos como mesas en los respaldos y cortinas laterales.

El Flying Spur comparte la mecánica de su hermano el GT, que se basa a su vez en la del VW Phaeton: motor 6.0 W12 con cambio automático, tracción 4×4 y suspensiones neumáticas. Bentley ha afinado todos los componentes, pero la mejora más llamativa está en el motor, que equipa dos turbos y aumenta la potencia hasta 560 CV (frente a los 450 del VW). Esta impactante cifra permite mover las 2,5 toneladas de peso con una agilidad más propia de un superdeportivo: acelera de 0 a 100 km/h. en 5,2 segundos, llega a 160 en 11,3 y, según la marca, sigue empujando hasta los 312 km/h. Los adelantamientos también son espectaculares: pasa de 80 a 120 km/h. en 3,3 segundos. En tramos virados sorprende por su dinamismo, y tanto la manejabilidad como los frenos (monta los discos más grandes del mercado) superan con holgura lo esperado en un vehículo de este tipo. Pero da igual la conducción que se practique: nada perturba el confort de los ocupantes.