Tal como son

La exposición Calle Mayor aparece articulada temáticamente bajo el subtítulo de Fotografía urbana en América, pero no es esta lectura la que mayor interés ofrece, sino la posibilidad de comprobar cómo cada época tiene sus propias prácticas documentales. Si hay un elemento temático que unifica esta muestra, habría que buscarlo en el intento de estos tres fotógrafos por captar algunos de los rasgos esenciales de la cultura americana.

El trabajo de Rosenblum se presenta como una retrospectiva, con obras que van de 1938 a 1980. De las ocho series presentadas, las más interesantes son las realizadas en barrios de Nueva York -Pitt Street de 1938 y 105th Street de 1952- con una fuerte presencia de comunidades de inmigrantes. Adscrito a Photo League, y fiel a los principios de este movimiento, retrató la vida de la calle y sus gentes desde una estética que conjugaba el documento social y el compromiso con una visión humanista no exenta de romanticismo. Es fácil observar cómo su estilo va perdiendo fuerza en sus últimos trabajos, a medida que la sociedad se transforma y demanda otro tipo de mirada sobre una realidad cada vez más compleja.

Stephen Shore realizó entre 1973 y 1982 una serie de viajes a lo largo de Estados Unidos, buscando la quintaesencia de la calle mayor. De ahí que buena parte del trabajo expuesto esté constituido por lo que él mismo denominó como Street capes. En estas imágenes, Shore capta cómo se está configurando un cambio en la topografía de los núcleos urbanos. Desarticulaciones e inestabilidades en un paisaje en transformación que se va poblando de elementos en apariencia yuxtapuestos -coches, pasos de peatones, anuncios, comercios, etcétera- y donde la figura humana aparece cada vez más como una presencia secundaria. Un excelente trabajo de indagación sobre la complejidad de los procesos culturales, perfectamente encuadrado en el contexto de aquellos años: la cultura de la carretera que marcó en buena medida la década de los setenta en América.

Bill Owens sorprendió con un libro publicado en 1972 bajo el título Suburbia. Un trabajo sobre las zonas residenciales habitadas por la clase media. Extensos espacios de viviendas unifamiliares, perfectamente ordenadas y jerarquizadas. Una configuración imperfecta del sueño americano, donde impera la paz y el orden y sobre todo mucha autoestima. Owens con una subjetividad perfectamente contenida, cuando no disimulada, desmenuza ese característico modo de vida americano con una sutil ironía: una cotidianeidad caracterizada por la barbacoa, el garaje, el césped artificial, los juegos deportivos o las reuniones sociales. Lo interesante de este trabajo es que cada una de estas imágenes, aparentemente espontáneas, está perfectamente planificada, y bajo una apariencia de instantáneas de la vida ordinaria asoma una compleja teatralización de lo cotidiano.