Arbolmanía
Hace tiempo que se viene sufriendo en nuestras ciudades, y en concreto hablo de Granada, de esta desviación neurótica del individuo que cree que suelo asfaltado es suelo adornado. Este tipo de individuo suele tener su hábitat natural en centros de poder, ayuntamientos sobre todo. Suele estar sobradamente bien alimentado, tener cara de mala leche y un humor parecido.
Piensa que un árbol es un obstáculo para el "progreso", "objeto urbano", material de compra-venta, últimamente molesta ocupando espacios con los que tan ricamente se puede especular, jardines y parques que son de todos y, ¿por tanto?, se pueden vender a terceros, unas pocas manos privadas ya bastante enriquecidas, y convertir en aparcamientos que no cobran por minutos sino la hora y a precios depredativos. Y encima si se construye un parking donde ya hay otros tres alrededor, que encima nunca están llenos, ¡que más da! ¡Viva el rey coche, muera la persona!
Y parece que molesta la vida, y se dejan de regar los árboles, se podan cruelmente, se plantan para retirarlos al año, se ponen flores de quita y pon, se acaba con los árboles centenarios (ejemplos: Avda. Constitución, Severo Ochoa, Avda. de Madrid, plaza de San Isidro y futuros destrozos: Violón, plaza de Gracia, Salón y otros tantos que se me olvidan o no vi).
Hoy por la mañana se ha desmembrado otro árbol enfrente del hospital Real, suma y sigue y nadie hace nada. ¿Molestaba para ver las "preciosas" esquinas del edificio? ¿Dejaba en el suelo esas "fastidiosas" hojas que tanto cuesta barrer? ¿Exhalaba olores fuertes, perfumes que nos recuerdan vida?
No, eso sí que no, no lo podemos permitir. Que no me recuerden que estoy vivo, que nos den humo de tubo de escape y stress, dejadnos tirar botellas y recipientes de plástico y papeles por todas partes, esto sí que denota nuestro progreso. ¿Habéis visto cuanto consumimos? Ahora si que "semos" algo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.