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Reportaje:

Una nueva ladera para Elantxobe

La Diputación de Vizcaya aprueba un proyecto para asegurar la estabilidad del mayor atractivo turístico del municipio

El atractivo de Elantxobe está en vías de asegurarse. La empinada ladera en la que se asientan las casas de sus poco más de 450 vecinos cambiará de fisonomía en poco tiempo para garantizar su estabilidad. Hasta siete muros de contención y una nueva carretera por la mitad de la pendiente son la solución para evitar los deslizamientos del terreno. Aunque el último se produjo hace más de 20 años, el riesgo persiste, sobre todo en la mente de los vecinos.

El proyecto fue aprobado hace más de un mes por la Diputación de Vizcaya, que lleva trabajando en él más de tres años, y la inversión ronda los 11 millones de euros. Hasta ahora se había pensado que la construcción de nuevas viviendas en la ladera contribuiría a su estabilización y la pretensión era que los promotores se encargasen de fijar la pendiente. "Pero nadie lo hizo y hemos llegado a la conclusión de que no conviene cargar más peso sobre la ladera", señala un responsable del área de Medio Ambiente.

El rechazo de un propietario puede retrasar otro año el inicio de las obras

El proyecto aprobado rechaza la construcción de inmuebles, salvo en la parte más baja, donde se fijará el primer muro de contención. La actuación principal es en la denominada ladera sur, donde tradicionalmente ha habido más problemas, que obligaron a cerrar el batzoki local, ubicado en un edificio en la parte superior. Estas obras, con un presupuesto de 9,5 millones de euros, incluyen los siete muros de contención y una nueva carretera de acceso al municipio, que se unirá a las dos existentes (la del puerto y la que discurre hasta la zona alta de Elantxobe).

La carretera se ha incluido por la petición del Ayuntamiento de disponer de otro acceso, aunque la intención es que tenga un uso limitado a servicios como ambulancias o taxis.

La Diputación intervendrá también en la ladera sobre la que se asienta el monte Ogoño, "que es quizás más importante para garantiza la estabilidad [de todo el pueblo", afirma Medio Ambiente. Aquí se encuentran la mayoría de viviendas, y las actuaciones se centrarán especialmente en crear redes de drenaje. Estos trabajos, con un presupuesto de 1,4 millones, empezarán este mes o el próximo y estarán culminados antes del verano de 2006.

En la ladera sur, la intención era comenzar los trabajos en agosto. Pero, solventados los problemas técnicos, ha surgido el obstáculo humano. Toda esta zona es urbanizable y, tras más de un año de negociaciones, se había llegado a un acuerdo con los nueve propietarios para el reparto de los derechos edificatorios. Y cuando la semana pasada se iba a firmar el convenio, uno de los propietarios se negó por no ceder una pequeña parte a otro.

El área de Medio Ambiente no puede ocultar su enojo por este contratiempo. "Estamos en condiciones de licitar y empezar las obras en mes y pico". El conflicto está servido, pese a que la estabilización de la ladera sea una demanda generalizada por los vecinos. Si el propietario rebelde no rectifica, las obras no podrán comenzar antes de un año. Como respuesta, el Ayuntamiento va a iniciar la revisión de las normas subsidiarias, que dejaría sin ningún derecho a los nueve propietarios, que luego serían expropiados para ejecutar el proyecto. "No hay duda de qué se va a hacer. Lo que no sabemos ahora es cuándo", afirman en la Diputación.

Tres deslizamientos

Los primeros problemas de deslizamientos en Elantxobe, según los datos de la Diputación, se remontan a 1978, cuando quedaron derribadas tres edificaciones en la zona baja, junto al puerto. Un año después hubo otro corrimiento, en una zona colindante con el anterior, y destruyó otro inmueble. La primera actuación de las instituciones fue en 1982, cuando se proyectó un muro de 20 metros pero que sólo se ejecutó en una primera fase. Es el que ahora existe al pie de la ladera. Pero ese mismo año hubo otro deslizamiento, esta vez sin que afectase seriamente a ningún inmueble, que la Diputación cree que ocurrió durante la construcción del muro.

La institución foral realiza desde 1986 mediciones topográficas para controlar las afecciones a los edificios ubicados en la ladera. Los mayores riesgos aparecen en seis inmuebles situados en la parte alta, uno de ellos el antiguo batzoki. Por ello, el proyecto de estabilización aprobado contempla un estudio particular sobre la seguridad de estos inmuebles, cuyas condiciones de estabilidad pueden no quedar garantizadas únicamente con la obra aprobada por el área de Medio Ambiente. Estos análisis se realizarán durante la ejecución de los trabajos.

La Diputación se ha gastado ahora cerca de 200.000 euros en los estudios previos, durante los que se extrajeron rocas y suelos de la ladera que luego se utilizaron para los ensayos simulados en el laboratorio.

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