El PRI se la juega en el Estado de México
Los priístas gastan millones de euros en la campaña electoral de una región clave para las presidenciales del año que viene
El fantasma de la ilegitimidad amenaza nuevamente la escena electoral mexicana, ya que los comicios para elegir gobernador en el Estado de México están marcados por las denuncias sobre gastos descontrolados y con dinero de dudosa procedencia por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyo candidato Enrique Peña Nieto es el favorito. Los partidos de la oposición, tanto de izquierda como de derecha, han perdido su oportunidad de plantar cara en batallas internas y se han doblegado ante el poderío económico del priísmo, que busca en las elecciones regionales de hoy el pasaporte para las presidenciales del año próximo.
Tradicionalmente, los comicios del Estado de México -el más poblado del país y que cuenta con un padrón de casi nueve millones de personas- son vistos como el "laboratorio de las elecciones presidenciales", a pesar de que en la última convocatoria, la de 2000, el PRI perdió las elecciones presidenciales frente al actual presidente Fox, después de haber ganado las regionales.
Los últimos sondeos dan a Peña Nieto una ventaja de casi 20 puntos sobre la empresaria Yeidckol Polevnsky, que compite bajo la bandera del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y también sobre Rubén Mendoza Ayala, un ex priísta que saltó a las filas del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), el partido de Vicente Fox.
Los opositores perdieron su oportunidad frente al dominio priísta en buena medida por problemas internos. A Polevnsky los perredistas la ven como una imposición del alcalde de la ciudad de México, su compañero Andrés Manuel López Obrador, que desplazó a los dirigentes locales, que regatearon el apoyo a la mujer.
Mendoza Ayala, por su parte, arrancó bien la campaña, pero sus excesos verbales y ataques sin medida a sus contrincantes lo desacreditaron. No obstante, lo que en realidad lo hundió fue el rechazo de sus nuevos compañeros de partido, los panistas tradicionales que lo siguen viendo como un priísta que llegó al PAN sólo porque en el PRI no le dieron lo que pedía.
Según el presidente del PAN en el Estado de México, Francisco Gárate Chapa, el impulso que obtuvo Peña Nieto se debió al despilfarro en la campaña. Afirmó que el priísta ha gastado más de 2,9 millones de euros, casi el doble de lo legalmente permitido, además de que el gobernador Arturo Montiel invirtió unos 7,5 millones de euros en promocionar su gestión y, de paso, al candidato oficial.
Los partidos han empleado toda la artillería de la que disponían para estos comicios. El PRD colocó como baluarte al popular alcalde López Obrador y el presidente Fox organizó ayer una fiesta por la democracia, para recordar su victoria de 2000, con la que puso fin a 71 años del PRI en el poder. El alcalde y el mandatario han sido criticados por actuar más como líderes de partido que como gobernantes para todos los ciudadanos de sus respectivos campos de acción.
El periodista Adrián Rueda comentó que una lección muy importante en el proceso del Estado de México, en el cual seis millones de personas son pobres, es que quedó demostrado que "con dinero se puede construir cualquier candidatura", como ocurrió con Peña Nieto, que se popularizó gracias al apoyo del gobernador del Estado, Montiel, y la bendición del poderoso grupo priísta de control político y económico llamado de Atlacomulco.
Al candidato oficial se le construyó una imagen muy popular, lo mismo estaba en los partidos de fútbol que viajando en el abarrotado metro de la capital mexicana. Rueda menciona que se colocó al candidato en la mente de la gente mediante una efectiva y efectista campaña de marketing.El excesivo gasto de la campaña en el Estado de México, afirmó Rueda, es una mala señal para los comicios presidenciales, en los cuales "el dinero va a ser importantísimo y el que sea más hábil, más cínico, se va a posicionar mejor".
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