Ibarretxe aclara que la ausencia de violencia será indispensable en la "fase resolutiva" del diálogo
El 'lehendakari' pretende que la apertura de conversaciones sea "inmediata"
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, aclaró anoche que su exigencia de ausencia de violencia respecto a la mesa de partidos que persigue se refiere a la "fase resolutiva" del diálogo. El presidente del Gobierno vasco, durante una entrevista en ETB, no especificó si tal condición debe cumplirse antes de la propia constitución de ese foro, para la que sólo indicó que hacen falta "unas mínimas garantías de ofrecer acuerdos a la ciudadanía". "Cuando demos el paso no podemos equivocarnos", dijo.
Ibarretxe siguió apostando por la apertura "inmediata" -en septiembre- de conversaciones entre los partidos y reconoció que él mismo está hablando con la ilegalizada Batasuna. "Hay que hablar y confiar la metodología y el calendario inmediatamente, y la fase resolutiva debe ser en ausencia de violencia", repitió.
Al Gobierno central le pidió que cumpla las resoluciones del Parlamento vasco sobre el acercamiento de los presos de ETA, y que recupere el acuerdo del Congreso de los Diputados de 1998 para consensuar la política penitenciaria, todo ello como aportación ante los gestos que ETA realice. Sobre su plan soberanista, rechazado por el Congreso en febrero, afirmó que ahora pone esa propuesta "a disposición de un nuevo diálogo", al que los demás partidos podrán incorporar otras.
El lehendakari vino a desmentir al ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y aseguró que el intercambio de palabras entre ambos tras su jura en Gernika el sábado se redujo a "un saludo protocolario". "Pendiente tiene el ministro contestar a las comunicaciones que le hemos enviado", señaló pasando la pelota al tejado de Sevilla, al afirmar que "tiene ocasión de iniciar el proceso de transferencias".
Ibarretxe restó importancia a la pervivencia de comportamientos de confrontación en la política vasca, que atribuyó a la "falta de entrenamiento" de todas las fuerzas políticas ante la nueva situación, y aseguró que resolverá la gobernabilidad "pactando con todos". "Tenemos dos puertas abiertas", explicó en referencia al PSE-EE y a EHAK, y "una escalera de incendios", que no identificó.
En su criterio, el Pacto Antiterrorista es "un instrumento del pasado" y ahora lo que hay que hacer es "hablar del futuro". "Todos, a excepción del PP, aceptamos que el final tiene que ser dialogado", añadió.
En cuanto a la postura que mantienen las asociaciones de víctimas contra un posible diálogo con ETA, afirmó que "respeta" sus ideas, pero mantuvo que "dentro de ese colectivo hay la misma pluralidad que en la sociedad; hay personas que piensan de una u otra forma".
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