Martínez denuncia que Chaves ha tejido una "tela de araña" de intereses y existe "déficit democrático"

De gestión casi ni se habló. El debate de la jefa de la posición, Teófila Martínez, y el presidente de la Junta giró en torno a las estrategias de PSOE y PP y sus fracasos. Martínez dibujó una Andalucía sojuzgada por la "tela de araña" de intereses que Manuel Chaves ha tejido para controlarlo todo, con el consecuente "déficit democrático", "prepotencia" y "corrupción". El socialista le devolvió el golpe con una prolija disertación sobre la sucesión de barquinazos del PP en las urnas y le aconsejó, en tono profesoral, que cambien el chip: "No cuestionen la democracia para tapar sus 22 años de derrotas".

En otras ocasiones el eje del discurso de Teófila Martínez ha sido el estancamiento de la economía, los datos del paro o la distancia con Europa. Ayer no. La presidenta del grupo popular inició su primer turno con una encendida defensa del deber que tiene la oposición del criticar al poder, bajo la premisa de que Chaves, al hablar de planes futuros y proyectos por la mañana, lo que había pretendido era "impedir que se debata de lo actual, y cuando no hay crítica, no ha democracia". A partir de ahí, Martínez desplegó la lista de acusaciones que son ya una plantilla de sus intervenciones: "prepotencia", "soberbia", "abuso de poder", "corrupción", "nepotismo" "sumisión", "fraude", "holgazanería" y "engaño", entre otras.

Pero hubo una idea fuerza: el supuesto talante de Chaves y del Gobierno de Rodríguez Zapatero es un fiasco, porque éstos, con la ayuda de algunos medios de comunicación "amigos", han tejido una "tela de araña" de intereses para controlar a cada andaluz. "Lo más grave", dijo, "es que no todos los partidos tienen las oportunidades de ser oídos; Andalucía tiene un déficit democrático". Martínez repasó lo que ella denominó como "talantazos", en referencia a la pérdida de calidad democrática a través de la intervención en los ayuntamientos, órganos de extracción parlamentaria (Consejo Audiovisual, RTVA) y demás instituciones. "De tanto viajar a países despóticos se le ha pegado", ironizó.

También se refirió a la "genuflexión" a Rodríguez Zapatero y al "silencio miserable" que mantiene Chaves ante las amenazas "separatistas" de Pascual Maragall, y Anxo Quintana, del BNG (nueva incorporación en el grupo de nacionalistas "extremistas") y la supresión del trasvase del Ebro.

En positivo planteó al socialista un pacto por los intereses de Andalucía en Europa y otro sobre la reforma del Estatuto, siempre que éste reiterara que no puede haber más nación que España. Manuel Chaves lo reiteró, pero antes le devolvió su avalancha de acusaciones en forma de clase semi profesoral sobre qué le conviene hacer al PP para llegar a ser una oposición creíble en lugar de encadenar derrota electoral tras derrota electoral.

"Desde que la conozco, no hay un solo debate en el que haya repetido exactamente lo mismo", dijo el socialista, quien replicó que el modelo agotado es el del PP en la oposición, hasta el punto de que han "tenido que recurrir a una segunda marca, a una plataforma [Andaluces por el cambio] porque la suya no vende".

Sobre las acusaciones de engaño contestó: "No soy tan inteligente ni tan perverso para engañar a los andaluces durante 15 años, ni creo que ustedes sean tan torpes como para que en 15 años no hayan sido capaces des desmontar lo que llaman mentiras del PSOE".

El presidente de la Junta reprochó a los populares que nunca rectifiquen ni pidan disculpas -aprovechó para leer la letanía de insultos de Martínez - y les conminó a dejar la estrategia de intentar establecer que en Andalucía existe un régimen "para ocultar sus derrotas". "Tratan de poner bajo sospecha a todos los sectores de Andalucía, es la teoría del voto cautivo con una nueva envoltura", dijo.

A Javier Arenas se refirió, aunque sin nombrarlo, como un dirigente de fuera del Parlamento que se "ha agarrado a la brocha del PP andaluz para no caerse de su partido precipitadamente".