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Entrevista:ANDRÉ SAPIR | Inspirador de las propuestas de Blair

"El presupuesto de la Unión Europea es una reliquia del pasado"

Carlos Yárnoz

Tony Blair se presentó el jueves pasado en el Parlamento Europeo como el líder capaz de reconducir la crisis que sufre la Unión. Propugnó para ello un cambio radical del presupuesto europeo. "El informe Sapir marca el camino", afirmó. Aludía el primer ministro británico al polémico documento que en 2003 coordinó el profesor André Sapir (Bélgica, 1950), entonces y ahora asesor económico del presidente de la Comisión. Como hoy defiende Blair, el informe Sapir aboga por más inversión en crecimiento, investigación o competitividad, y menos en agricultura y cohesión. Bruselas le hizo bastante caso, pero no los Veinticinco, que han fracasado en su intento de pactar un presupuesto que enfrenta a Londres y París a cuenta del cheque británico y de los subsidios agrícolas. Sapir cree que el actual presupuesto "es una reliquia del pasado".

Pregunta. Blair pone otra vez de moda su discutido informe.

Respuesta. Me puse muy contento. Me alivió la tristeza que tenía por la falta de acuerdo sobre las perspectivas financieras en la cumbre. El debate se había centrado en el cheque británico frente a otras ventajas para Francia. La discusión se convirtió en una especie de batalla de Waterloo. Era un conflicto nacional: exactamente lo contrario que había que hacer con el presupuesto comunitario. En lugar de hablar del fondo del problema financiero, chocaron los intereses nacionales.

P. Como ocurre siempre.

R. En contra del planteamiento de la Comisión, la propuesta de la presidencia de la UE cortó los fondos dedicados a los objetivos de Lisboa. De eso no se discutió. No. Se debatió sobre lo que ganaba o perdía Reino Unido, Francia, España... Pero no se habló del fondo del problema. La propuesta de la Comisión era buena.

P. Recogía la filosofía de su informe al aumentar casi en un 200% el dinero dedicado al crecimiento económico, pero los Gobiernos prefirieron recortar esa partida.

R. Exacto. Además, hay que preguntarse qué significa tener un acuerdo sobre las Perspectivas hasta 2013. ¿Vamos a tener hasta 2013 un presupuesto con una estructura antigua?

P. Es lo que critica Blair, pero la mayoría de los Veinticinco prefieren ese recorte en el capítulo del crecimiento.

R. Porque es la manera fácil de hacer las cosas. Es la forma de volver a casa para decir "yo he conseguido esto o lo otro". Pero, ¿quién presenta argumentos a favor de Europa en su conjunto? En nuestro informe ya decíamos que la estructura actual del presupuesto origina resistencias nacionales para no perder con respecto al anterior presupuesto. Las negociaciones se acaban convirtiendo en la búsqueda de acuerdos para defender intereses nacionales más que el interés europeo. Es exactamente lo que acaba de ocurrir.

P. Usted es partidario de renacionalizar gastos dedicados a la agricultura.

R. De renacionalizar parte del presupuesto, no la política agrícola en sí. La Política Agrícola Común es comunitaria y, por eso, debe ser financiada con fondos comunitarios, pero no al nivel actual.

P. Usted repite una y otra vez que el principal problema es que Europa no crece y la única receta es aplicar la estrategia de Lisboa.

R. Es la única fórmula, la única estrategia a nivel europeo. No es el único sistema a nivel nacional. Irlanda tiene una fantástica tasa de crecimiento porque, entre otras razones, se ha adelantado en la aplicación de los principios de Lisboa. Las ideas de Lisboa son buenas: tener al mismo tiempo más liberalización y cohesión, de un lado, y mejorar los gastos mirando al futuro, de otro. Es lo que se intenta hacer desde Suecia hasta España, cada cual a su manera. Las ideas son buenas, pero la gran cuestión es: ¿puede funcionar la estrategia de Lisboa a nivel europeo o cada país lo debe intentar por su cuenta sin una dimensión europea?

P. Ahora, cada cual lo debe intentar por su cuenta.

R. Sí. Por eso, la verdadera pregunta es: ¿se puede aplicar Lisboa con una valor añadido europeo? ¿Puede ayudar Europa? ¿Puede la UE facilitar la aplicación de Lisboa en todos los países? Parte de la respuesta la damos en el informe: hagamos un presupuesto comunitario que ayude, a favor de Lisboa, y, entonces, los presupuestos nacionales seguramente irán también en esa dirección. El presupuesto europeo sería una palanca.

P. Y el actual no sirve.

R. Es una reliquia del pasado. No da mucho valor añadido, sobre todo ante los desafíos actuales.

P. ¿Incluye la política de cohesión en esa crítica?

R. La solidaridad entre países ricos y menos ricos es ya un valor añadido. Nunca hemos defendido la desaparición de esa política.

P. ¿Es lógico que el presupuesto europeo se limite a sólo el 1% del PIB de la Unión? Así lo han exigido los países ricos.

R. No entro en qué dimensión debe tener. El informe incluyó la suposición de que el presupuesto se mantendría en niveles similares a los actuales y así es por ahora.

P. ¿Cómo se debe afrontar la globalización, la deslocalización..?

R. Con el proceso de Lisboa. El desarrollo de China no se va a detener. No hay muro posible que lo detenga. Y lo mismo ocurre con India y otros. Se trata, además, de cambios deseables, pero también gigantescos. Todos los días tenemos noticias económicas de impacto sobre lo que ocurre en esos países. Cuando se reúnen en Bruselas los jefes de Estado y Gobierno, éstos deben comprender bien lo que está pasando para definir nuestro papel en ese mundo en cambio permanente. Y deben analizar cuáles son los instrumentos de los que disponemos para actuar juntos.

P. Hay resistencias a la hora de pactar una respuesta conjunta.

R. No sólo eso. Estamos hablando de una sociedad europea envejecida, y que lo estará más en breve. Y con ese tipo de sociedad, los cambios son muy complicados. En una sociedad con una esperanza de vida elevada... La edad media del votante europeo es de 51 años. Y la edad media de jubilación no llega a los 60. Por tanto, las personas que votan no están lejos de su jubilación. Su visión no está orientada al crecimiento o algo similar, sino a mantener su nivel de vida actual, lo que ya han logrado. En esa sociedad, es difícil introducir cambios profundos.

P. Quizás no hay líderes...

R. En eso estoy totalmente de acuerdo con Tony Blair. Dijo en el Parlamento Europeo que el problema actual es un problema de liderazgo. Es el gran problema. ¿Tenemos los líderes necesarios capaces de introducir cambios en esta sociedad envejecida? ¿Los cambios adecuados frente a la globalización, la ampliación de la UE...? Deben explicar cuáles son los desafíos y cuál la ruta a seguir.

P. ¿Es Blair ese líder que necesita Europa?

R. Soy incapaz de responder esa pregunta.

André Sapyr, en una reciente visita a España.
André Sapyr, en una reciente visita a España.TEJEDERAS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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