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Reportaje:

Con el piano a cuestas

La Junta obliga a aportar su propio instrumento a los participantes en las oposiciones a profesor de Música

Con temblores y sudor de manos, Maripaz, pianista aspirante a maestra de Música, se pone delante de su tribunal de oposiciones. Podría ejecutar cualquiera de las cinco piezas que ha preparado durante meses en el magnífico instrumento instalado en el aula dos del Conservatorio Superior de Música Ángel Barrios de Granada, pero las reglas de la prueba se lo impiden. Otros dos opositores cargan a pulso un teclado digital por los angostos pasillos del centro para que Maripaz pueda examinarse. El piano, en estos casos, corre de cuenta del aspirante, por orden de la Consejería de Educación. Aunque en el conservatorio, que también pertenece a la consejería, haya más de diez.

Cinco de los 25 concurrentes que ayer pasaron sus pruebas para acceder al Cuerpo de Maestros de Música de Primaria de la Junta se encontraron en la misma situación que Maripaz. Tuvieron que ingeniárselas para encontrar un clavinova (una suerte de piano digital) o conformarse con desvirtuar piezas de Chopin o Satie con sintentizadores electrónicos prestados a los que aseguraban no estar acostumbrados. El resto de sus compañeros -que eligieron la flauta, el clarinete o la guitarra- pudieron examinarse con sus propios instrumentos.

La orden de 22 de febrero de la consejería que convocó las oposiciones lo deja bien claro. La prueba práctica consistirá en "interpretar con un instrumento aportado por el aspirante, en el caso de que se opte por el piano (acústico o digital) igualmente lo aportará el aspirante, una obra o fragmento musical elegida al azar por el tribunal entre cinco de las propuestas".

Un precepto legal que a Amparo, diplomada en Magisterio, le ha disparado el presupuesto de la prueba. "Además de los 64 euros que costaba examinarse, hemos tenido que pagar 180 más para alquilar el piano", explica. "Menos mal que mi tío nos ha dejado una furgoneta para cargarlo, porque en la tienda de instrumentos de música nos querían hacer pagar otros 200 euros por el transporte", añade.

Emilio Vico, profesor de música y miembro de uno de los tribunales, asegura que a pesar del fastidio del vaivén de instrumentos, los aspirantes apenas se han quejado "porque así lo establece la normativa". "Hay que tener en cuenta que los que lleguen a maestros se encontrarán en sus centros con materiales muy simples como claves o maracas", explica el examinador que considera, sin embargo, que se podría haber alquilado un piano o pedir permiso para utilizar los del conservatorio.

Una consideración parecida la expresa Manuel Martos, otro opositor que se ha ahorrado el alquiler gracias a un amigo que le ha prestado un órgano eléctrico. Manuel intenta adaptarse al instrumento en uno de los pasillos del conservatorio. Se queja de que la anchura de las teclas no es la misma, ni tampoco la presión -mucho menor- que tiene que hacer para presionarlas. "Cuando me toque voy a tener que vigilarme las piernas, porque estoy acostumbrado a los pedales y este teclado no los tiene", dice. "Va a parecer que doy pisotones".

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Asegurar la igualdad entre los aspirantes

Unas 2.600 personas aspiran a las 350 plazas de maestro de Música de Primaria que la Junta ha sacado a oposición de este año, pero la Consejería de Educación desconoce el número exacto de opositores que han optado por realizar las pruebas prácticas con un piano. El director general de Gestión de Recursos Humanos de la consejería, Carlos Gómez, rechaza tajantemente las quejas de estos aspirantes. "Este año no hay oposiciones de piano, sino que son para maestros de música. Otra cosa es que alguien quiera un piano de cola para lucirse", dice irónico.

Gómez asegura que los opositores sólo tienen que demostrar que pueden enseñar a los niños un poco de solfeo y a tocar algún instrumento, y que no están pensadas "para virtuosos del piano". La prueba, dice, es sencilla y con ella se trata de evaluar la capacidad del aspirante de interpretar una pieza musical, "no su virtuosismo".

"La orden que convocó las oposiciones se publicó el 3 de marzo y en ella se decía claramente que cada uno tenía que aportar su propio instrumento", añade el director general que asegura que el que ha tenido gastos extra "es porque ha querido". El hecho de que se les impida el uso de pianos del conservatorio de Granada responde a asegurar la igualdad en todo el territorio andaluz. "En Huelva y Jerez, las oposiciones se hacen en colegios en los que no hay pianos; en Málaga, en dos institutos; si todos tienen que tener las mismas facilidades, no podemos favorecer a unos sobre otros", prosigue.

A diferencia de lo que aseguran los afectados, la Junta asegura que la mayoría de las comunidades autónomas y propio Ministerio de Educación, obligan a los opositores a aportar sus instrumentos en este tipo de pruebas. "Se trata de que cualquier persona que sepa tocar un instrumento pueda presentarse, pero a lo mejor en la próxima convocatoria tendremos que obligar a todos a venir con una flauta", concluye Gómez.

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