_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ley de Punto Final

Estoy seguro de que una inmensa mayoría de los españoles nos hemos alegrado con la persecución judicial a un criminal como Pinochet, y con la derogación de la Ley de Punto Final argentina que permitirá que los crímenes de los civiles y militares que aterrorizaron a sus conciudadanos no queden impunes.

Pero quizás los mismos españoles que tanto nos alegramos de que la justicia se abra paso lejos de nuestras fronteras deberíamos hacer alguna reflexión autocrítica al respecto. En este país en el que se ha sacralizado "la transición" como un ejemplo de reconciliación y de paso de una dictadura a la democracia, ¿no es esa transición nuestra Ley de Punto Final?

Aquí también tuvimos nuestro Pinochet, nuestros militares violadores de derechos humanos elementales, nuestros gobiernos que aplicaron penas de muerte a quien pensaba diferente, nuestros políticos que respaldaron a dichos gobiernos, nuestra Iglesia católica colaboracionista hasta la náusea... Y, tras casi 30 años de democracia, alguno sigue por ahí (incluso intentando renovar mayorías absolutas).

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

¿Cuándo les exigiremos responsabilidades? Puesto que no les vamos a hacer pagar los crímenes, ¿cuándo, al menos, se los echaremos en cara? ¿Por qué nos alegramos tanto del fin de la impunidad de criminales que están a miles de kilómetros, cuando aún nos quedan algunos por aquí, paseando su indignidad, sin que ni siquiera les señalemos con el dedo? ¿Para cuándo la derogación (a estas alturas sería casi simbólica) de nuestra Ley de Punto Final.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_