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Miles de colonos cortan carreteras de Gaza y Cisjordania

"Detengámonos un momento, reflexionemos de nuevo". De esta forma fue bautizado el nuevo acto de protesta que ayer protagonizaron en las principales carreteras varios miles de israelíes en contra del plan de evacuación de 25 colonias en la franja de Gaza y el norte de Cisjordania. A las 18.15 desviaron sus coches hacia un lado de la carretera. La protesta duró 40 minutos, suficientes para reflejar la fuerza de los opositores al Plan de Desconexión, promovido por el primer ministro, Ariel Sharon.

En el Consejo de Colonos, que representa a más de 200.000 israelíes que viven en los más de 150 asentamientos, esperaban más simpatizantes. Pero uno de sus líderes, Pinjas Wallerstein, explicó: "El pueblo está cada día más con nosotros. Los sondeos indican un aumento del apoyo a nuestra causa. Sharon debe escuchar a los ciudadanos o como mínimo a los que le votamos". Wallerstein representa el sector mayoritario y más maduro de los colonos, pero el llamado "núcleo duro y radical", compuesto por centenares de jóvenes extremistas, ha prometido para mañana un despliegue masivo para paralizar por la fuerza muchas autopistas y "provocar un terremoto" en el país para así despertar de la "pesadilla llamada Sharon y su plan de destierro", en palabras de uno de ellos.

Nuevo enclave en Gaza

Unas decenas de estos adolescentes levantaron un nuevo enclave ilegal en la franja de Gaza, cerca de las ruinas de los 11 edificios que anteayer fueron demolidos por el Ejército israelí. El nuevo frente sigue en pie pese a que anoche el oficial de la unidad del Ejército encargada de la zona de Gaza, Aviv Kojavi, anunciaba su inmediato desmantelamiento.

Pero si a Kojavi y al resto de altos oficiales hay un tema que les preocupa es que se repita el caso de Avi Wimer. Este joven soldado es el héroe de la derecha radical desde que desobedeció a las órdenes de ejecutar la demolición. Su padre, Rafael Wimer, explicó ayer: "Estoy orgulloso de mi hijo, que se negó a actuar contra su propio pueblo. Un soldado no es un robot y si tiene conciencia puede negarse a cumplir órdenes que no considere correctas". El destino más probable de Wimer es la cárcel, pero su acción puede servir de ejemplo para los numerosos jóvenes que sirven en el Ejército y se declaran contrarios al plan de retirada.

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