Lo que enseña el verano
Los especialistas aconsejan que los niños mantengan el hábito de aprender durante las vacaciones
Vacaciones y formación no tienen por qué ser conceptos contrapuestos. Los expertos ya lo advierten: tres meses es un tiempo demasiado prolongado para que los jóvenes se dediquen a no hacer nada. Muchos de los alumnos desconectan tanto que cuando vuelven al colegio o al instituto en septiembre tienen verdaderos problemas para reengancharse al estudio.Eso sin contar la desesperación que sufren muchos padres ante la idea de tener en vacaciones a los chicos metidos todo el día en casa enchufados a la tele o a la consola.
Los especialistas aconsejan buscar actividades que prolonguen la formación de los estudiantes sin arruinar su necesario descanso. Este año se renuevan las propuestas educativa estivales. Éstas son algunas de ellas.
- Salir al extranjero.
Cada año, unos 140.000 alumnos, en su mayor parte menores de edad, se matriculan en un curso de idiomas en el extranjero. Estos cursos se hacen cada vez más complejos. Aunque los programas convencionales son la mayoría (un 75%), los estudiantes ya no sólo demandan aprender una lengua nueva, sino que buscan una actividad atractiva añadida que compense el tiempo de vacaciones que están invirtiendo en aprender otro idioma: deporte, informática, cocina o senderismo. El 90% de los alumnos que opta por salir al extranjero lo hace para aprender inglés.
Los países más concurridos siguen siendo el Reino Unido e Irlanda. Les siguen Estados Unidos y Canadá. Aun así, cada vez más estudiantes se animan a estudiar en Australia, Hawai, Nueva Zelanda o Suráfrica. Irlanda y Reino Unido son destinos para primeras salidas (se puede hacer a partir de los 11 años) porque son programas más estructurados, hay clases y se ofrecen actividades a todas horas.
- Aulas de la naturaleza. El objetivo de este programa es que alumnos de entre 10 y 14 años de régimen general convivan y realicen actividades lúdicas con niños con necesidades educativas especiales en campamentos de verano. Este año la iniciativa se llevará a cabo en Los Urrutias (Murcia), en Viérnoles (Cantabria), en Soria, en Cuenca y en Plasencia (Cáceres). La estancia se divide en cuatro turnos de 12 días durante julio y agosto. El 30% de los participantes son alumnos con deficiencias físicas o psíquicas, acompañados por monitores. La Administración otorga ayudas para participar en estas aulas. (Información en www.mec.es).
- Recuperar pueblos abandonados. El Ministerio de Educación convoca anualmente, en colaboración con las comunidades autónomas, ayudas para participar en programas educativos complementarios a la enseñanza en las aulas. Uno de ellos es el programa Recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados. Esta iniciativa consiste en acercar a los chavales de las ciudades a la vida rural. Las actividades se desarrollan en tres pueblos: Bubal (Huesca), Granadilla (Cáceres) y Umbralejo (Guadalajara). Está dirigido a alumnos de 3º y 4º de ESO, Bachillerato, FP de grado medio, programas de garantía social y universitarios. El programa propone talleres de antropología, carpintería, cerámica, expresión corporal, danzas, salud, reciclaje y transformaciones.
- Visita a museos. Una docena de museos españoles interactivos de las ciencias abren sus puertas cada día, también en verano. Aunque su oferta se relaciona con cuestiones propias del currículo escolar, estas iniciativas abordan también otros aspectos dirigidos a que los pequeños descubran cómo funciona un grifo o un enchufe o que conozcan una estación meteorológica o vean cómo nace un pollo en una microincubadora. El auge en España de los museos interactivos comenzó hace unos diez años. Barcelona, A Coruña, Alcobendas (Madrid), Cuenca, Granada, Murcia, Tenerife, San Sebastián o Valencia son algunas de las ciudades que cuentan con alguno de estos centros.
- Campo de trabajo. Cada vez más jóvenes de distintas procedencias invierten parte de sus vacaciones en cooperar en un campo de trabajo. Se trata de participar de forma voluntaria y desinteresada en un proyecto social durante un tiempo determinado.
Por ejemplo, construir un sistema asociado de riego, realizar labores de una huerta tradicional y un vivero, recuperar el patrimonio histórico, artístico, cultural y ambiental de una zona concreta o cuidar y mantener una huerta biológica. Es una manera de fomentar los valores de convivencia, tolerancia, solidaridad, participación, o interculturalidad. Están dirigidos a personas de de 18 a 30 años y son promovidos por administraciones, asociaciones y empresas.
- Actividades artísticas. El verano es una ocasión perfecta para que los niños desarrollen habilidades artísticas a las que durante el año no les da tiempo a dedicarse. Hay todo tipo de cursos para hacerlo y en todas las comunidades. Por ejemplo, clases donde les enseñan a modelar jarrones o platos de cerámica. Aulas donde se les instruye a en las artes culinarias para que sean ellos quienes cocinen galletas y pasteles. Talleres donde se fomenta la expresividad a través de la pintura o la elaboración de cómics o collages. Clases de danza y música, donde aprenden a tocar instrumentos y a improvisar.
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