Cuba se abre a las multinacionales
La nueva estrategia apuesta por las inversiones de las grandes compañías extranjeras y cierra el paso a las 'pymes'
"Menos intermediarios, menos operaciones pequeñas y más inversión de multinacionales y grandes operaciones de Estado". Ése es, en palabras de un alto funcionario de la representación oficial española en La Habana, el objetivo que resume la reforma del mercado emprendida por Gobierno del presidente Fidel Castro, orientada a fortalecer el papel estatal y el control de las economías domésticas en Cuba.
El programa energético cubano es el primer foco de atracción para la entrada de las grandes empresas españolas y europeas
Las presiones de Estados Unidos y los recientes incidentes diplomáticos con la Unión Europea han sido también factores decisivos en la nueva política de alianzas del presidente Fidel Castro, que se ha volcado a potenciar las relaciones económicas con China y Venezuela, países que le ofrecen financiación exterior y petróleo, respectivamente. Dos recursos claves para resistir el embargo de Washington, sortear con dificultades las graves carencias sociales de energía, transporte, vivienda y alimentación, y para intentar mantener las políticas de salud y educación.
En este contexto, los comunicados oficiales del Ministerio de Inversión Extranjera y Cooperación Económica de Cuba, y las declaraciones de su titular, Marta Lomas, han sido lo suficientemente explícitos como para no dejar lugar a falsas interpretaciones sobre el nuevo clima económico que impera en la isla. Interesa atraer a "grandes inversores extranjeros en sectores como la energía, la minería, la biotecnología y el turismo, pero los propietarios de negocios pequeños y medianos no deben ni siquiera solicitar las inversiones".
Inversiones energéticas
Precisamente ha sido la necesidad de acometer un importante programa de inversiones energéticas para solucionar las graves deficiencias de electricidad que, como destaca el último informe económico de la Oficina Comercial de España en La Habana, "además de afectar a la población, ha llevado al cierre de fábricas y hoteles", el factor que ha convertido a Cuba en foco de atracción para las grandes multinacionales europeas y españolas. Fidel Castro afirmaba a finales de mayo que la recuperación energética era una "prioridad máxima" para su Gobierno y anunció que, en menos de un año, el país contará con otro millón de kilovatios para atender la demanda.
Como medida de urgencia, y una vez desechada la idea inicial de construir una gran central hidroeléctrica con un potencial de 360 megavatios, el Gobierno cubano ha optado por iniciar un proyecto de construcción de pequeños y medianos grupos electrógenos. Un solución duradera y menos contaminante, a la que se han apuntado ya el grupo español Guascor, que ha firmado un contrato por 100 millones de euros con las autoridades energéticas cubanas, y la multinacional alemana Mercedes Benz, por un importe similar. Guascor ha hecho ya las primeras entregas, entre ellas, una planta para el hospital pediátrico de Holguín.
Además, la empresa cubano-canadiense Energas -integrada por la Unión Eléctrica, Cuba Petróleo y Sherrit- incrementará la generación de electricidad con gas acompañante del petróleo. En esta misma línea, la también española Gamesa ha iniciado conversaciones para la ejecución de un proyecto de utilización del gas de los pozos de petróleo para generar energía eléctrica, y está también en estudio la construcción de alguna central de energía eólica.
Las concesiones más importantes se encuentran, sin embargo, en el área del petróleo, donde Repsol YPF obtuvo a finales de 2000 derechos sobre seis bloques de aguas profundas en la zona cubana del golfo de México. Los trabajos de análisis sísmicos y la perforación de pozos de exploración han permitido a la petrolera española identificar hasta cuatro posibles objetivos con una capacidad global de producción de crudo estimada en 6.116 barriles diarios. Un descubrimiento cuya importancia llevó al director de recursos de petróleo y gas de Cambridge Energy Resarch Associates, Robert W. Esser, a afirmar en The New York Times que "podría catapultar a Cuba a la categoría de otros países que están emergiendo como objetivos arriesgados, pero esperanzadores para el desarrollo del petróleo, como Mauritania, Senegal, Marruecos y Guinea-Bissau".
Frente al llamamiento a las multinacionales, una de las primeras medidas adoptadas por el régimen castrista ha sido la restauración del control estatal sobre el comercio y las finanzas, recortando sensiblemente la autonomía concedida a las empresas estatales en la década de los noventa. Un cambio de regulación que, pese a su estricta legalidad, se ha traducido en la adopción de criterios más "selectivos y restrictivos" para autorizar las inversiones y en la no renovación de los contratos con los pequeños y medianos inversores europeos, entre ellos unas decenas de españoles, para seguir operando en la isla caribeña.
El anuncio oficial del régimen de Castro de eliminar las zonas francas, en las que están instaladas más de 400 empresas extranjeras, crea una problema añadido para las pymes europeas, aunque en el caso de España la delegación del Consejo Superior de Cámaras de Comercio que visitó La Habana a finales de mayor para asistir a la reunión anual del Comité de Cooperación Empresarial Hispano-Cubano, asegura que han recibido garantías de sus interlocutores del Gobierno de La Habana de que "antes de proceder a una decisión definitiva se estudiará caso por caso y la salida de las empresas que tengan que marcharse se hará bien y con garantías".
Turismo dinámico
Dentro de las dificultades de las empresas extranjeras en Cuba, el informe de la Oficina Comercial de España apunta que "la reciente dinámica positiva del turismo se está trasladando de forma desigual a los operadores de hoteles y sus suministradores, aunque en este sector, entre todas las empresas extranjeras, las españolas se cuentan entre las que mejor sortean las dificultades que impone la peculiar situación económica de Cuba".
Y es que el turismo, otro de los sectores básicos para Cuba, también es el que más interés suscita entre los inversores españoles, junto con el energético. Existen ya inversiones en empresas mixtas para la construcción de hoteles, además de numerosos contratos de administración que, en ocasiones, conllevan la financiación de la construcción y renovación de equipos e instalaciones.
El cuarto mercado en América Latina
Las incertidumbres sobre el futuro de la inversiones españolas, además del retraso en la anunciada convocatoria de la reunión hispano-cubana de "conciliación de cifras de la deuda", han paralizado el desbloqueo de las relaciones comerciales entre España y Cuba, estancadas desde hace tres años por el volumen de impagos en operaciones comerciales que mantiene el país caribeño con España. Una deuda que la Administración española estima en más de 600 millones de euros, y que obligó a paralizar las coberturas de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE) para las operaciones comerciales y de inversión con Cuba.
Sin embargo, a pesar de esta ausencia de cobertura, las empresas españolas siguen apostando por Cuba, que, en valor absoluto y pese a su tamaño, es ya el cuarto mercado de América Latina para España, superado sólo por México, Brasil y Chile, y por delante de Venezuela, Argentina, República Dominicana, Colombia y Perú. A nivel mundial, ocupa el puesto 42 entre los clientes españoles con unas exportaciones españolas que en 2004 alcanzaron un valor de 432,3 millones de euros, frente a unas importaciones por 130,7 millones. España es para Cuba su segundo suministrador mundial y el primero no petrolero, con una cuota de mercado próxima al 12% del total.
Técnicos de la Administración española estiman que, de producirse el desbloqueo de las relaciones comerciales, los intercambios bilaterales entre España y Cuba aumentarían en una cifra próxima a los 200 millones de euros anuales.
Respecto a las inversiones, y aunque para evitar las posibles represalias estadounidenses, las autoridades cubanas y las representaciones oficiales españolas no dan datos detallados respecto a las empresas inversoras en Cuba, los informes oficiosos estiman que España es hoy el primer inversor en la isla, seguido a corta distancia de Canadá e Italia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.