Desorbitadas sirenas

Tengo un problema, me obsesiona, me martiriza y la única solución que encuentro sería quedarme sorda, pero como prefiero oír otras muchas cosas, he decidido no ser tan drástica y mandar esta carta con la esperanza de ser oída, que alguien me diga que le pasa lo mismo, que no soporta.

Las sirenas, sí, esas sirenas que suenan a todas horas, día y noche. Sé que en mi caso es una obsesión, de hecho a veces creo que tengo el oído muy desarrollado porque segundos antes de que suenen, ya las oigo, levemente... y a continuación, el estruendo diabólico de las sirenas, de las ambulancias, de la policía, de los bomberos; sirenas con decibelios desorbitados, estruendosos, en mitad de la noche, me despiertan y atormentan.

No me dejan dormir, y no lo entiendo, no entiendo que suenen tan fuerte y tan insistentemente, pongamos un lunes a las tres de la mañana...

¿Hay tantos coches para que ese servicio de urgencia insista de esa manera? Y, además, ¿quién controla esas sirenas?, ¿puede un policía parar una ambulancia en servicio de urgencia y comprobar que es verdad?, ¿quién detiene a un coche de policía?

Los bomberos son distintos, sus sirenas, suenan más fuerte que ninguna otra sirena, pero salen menos veces, las oigo de vez en cuando y se puede soportar, pero el resto no, no tienen piedad.

Como estoy tan obsesionada, y voy en moto por Madrid, me he molestado en seguir a alguna ambulancia, y he podido comprobar que a veces sencillamente ponen las sirenas porque les da la gana, tienen un poder inmenso y nadie les controla, al igual que a la policía, les he visto poner la sirena para saltarse un semáforo impunemente. Ruego que si alguien tiene una solución pueda comunicarlo de alguna manera, para poder vivir tranquilos en una ciudad sin sirenas.- María José Amigó Ibáñez. Madrid.

Ingeniosa respuesta