Echando el resto

El excelente nivel de ventas y de aceptación por parte del público de Malú agotó las entradas en su presentación en Madrid, en la que la artista echó el resto en cuanto a puesta en escena, obteniendo siempre la mejor respuesta por parte de un público entregado. Ella correspondió con su enorme chorro de voz, su manera carnosa de cantar y unas canciones que, si bien no parecen haber pasado el filtro de sus incondicionales, para estos son, desde luego las mejores del mundo. Enamorada, Diles, Toda, Como una flor y, sobre todo, Aprendiz, prestada por su mentor Alejandro Sanz, funcionaron ante sus fieles, si bien hay alguna objeción que ponerles. Por ejemplo, que son demasiado adultas para una chica de veintipocos años, echándose de menos un lado juguetón de la artista que, hasta el momento, se desconoce. Además, tanto amor desesperado y tremendo corre, además, peligro de perder fuerza al ofrecerse todo junto en un mismo repertorio. Y, para concluir, hay que vigilar la natural tendencia de la intérprete de cantar a grito pelado. No por tener y exhibir más voz, las canciones quedan siempre mejor.