A grito pelao

La Tana cantó a voz en grito. Y, además, acelerada. Coloca la voz en una tesitura al límite de sus posibilidades, y ahí lo suelta todo de manera uniforme. No es buena cantaora, porque de eso no sabe salir. En el grupo de Paco de Lucía servía porque cumplía una misión, pero ya en solitario sus carencias son notorias.

Triunfo grande -y merecido- de Son de la Frontera. El grupo está muy hecho, y cada vez tiene una mayor y más ajustada expresividad. Con la música de Diego del Gastor como denominador común, Raúl Rodríguez (tres y guitarra), Paco de Amparo (guitarra), Pepe Torres (baile), Moi de Morón (cante), Manuel Flores (palmas), dieron una lección de buen gusto. Y además brillaron a enorme altura, con un cante y un baile difíciles de superar. Estos chicos llevan la música de Diego del Gastor en el alma de manera indeleble. Y la hacen con una belleza que sorprende. Es la música de Diego sin Diego, pero quizás con mayor profesionalidad y brillantez.

Terminó Eduardo Serrano, El Güito, con su baile por soleá. Bien hecho, como siempre. Poco más pudo interpretar el grupo que le acompañaba, pues se habían puesto en una hora tardísima y se cortó la actuación por la vía rápida.