Simancas acusa a Aguirre de permitir una "gestión desastrosa" en Telemadrid
La presidenta asegura que en la cadena pública están representadas todas las opciones políticas
El portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Rafael Simancas, acusó ayer a la presidenta del Gobierno regional, Esperanza Aguirre, de ser la responsable de la "mayor crisis de la historia de Telemadrid". Simancas le espetó que está convirtiendo el ente público en un "instrumento de confrontación política e ideológica al servicio de la derecha más radical de España". La presidenta de la Comunidad se defendió diciendo que "en todos los programas de debate" de la cadena "están representados siempre todos los partidos políticos, siempre que quieran ir".
Simancas ofreció antes del pleno de la Asamblea de ayer una batería de datos que justificaban sus acusaciones contra la presidenta del Gobierno. Según Simancas, los ingresos de Telemadrid en 2004 han sido "los más bajos de su historia, con 63,8 millones de euros, un 6,4% menos de lo presupuestado". La audiencia es también la más baja, lo que repercute en los ingresos por publicidad, cuyo precio por segundo emitido es de sólo 18,8 euros frente a los 30 euros que se cobraban en 2000.
Según el portavoz socialista, "esto obliga a emitir más publicidad que nunca, por lo que la publicidad en 2004 fue de un 11% del total de la emisión frente al 8,5% de hace cinco años". Es decir, "más publicidad y menos ingresos que nunca", subrayó Simancas, que destacó que en el último ejercicio "se ha producido más gasto que nunca, más pérdidas que nunca y más deuda que nunca", debido, afirmó, a la gestión del director general de Telemadrid, Manuel Soriano.
73 millones
El líder socialista sostiene que esta mala gestión ha tenido que ser subsanada con ayudas del Gobierno regional, que ha gastado más de 73 millones en 2004, lo que significa que "el 49% del total de ingresos del ente público viene de los bolsillos de todos los madrileños", indicó.
Aguirre se refirió sólo a la acusación de manipulación informativa y de utilización partidista de los servicios públicos realizada por Simancas.
"En todos los programas informativos y de debate están presentes todas las posturas políticas, porque nosotros queremos conocer las opiniones de todo el mundo", afirmó Aguirre, que acusó a Simancas: "A usted lo que no le gusta es que se hayan retransmitido dos manifestaciones con más de un millón de personas". Se refería Aguirre, en primer lugar, a la protesta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, que, según la el Cuerpo Nacional de Policía, tuvo 240.000 asistentes y, en segundo término, a la manifestación en contra de la ley del matrimonio homosexual, que la policía cifró en 166.000 participantes.
Simancas también expuso como una prueba de que existe manipulación informativa en la cadena el hecho de que "más del 80% de los trabajadores de informativos de Telemadrid se niega a firmar sus informaciones en protesta por la manipulación flagrante". Este último dato tampoco mereció una respuesta por parte de la presidenta regional.
Según Simancas, Telemadrid también se ha convertido "en un lugar de encuentro de antiguos directivos de RTVE durante el Gobierno del PP", que disfrutan de los contratos firmados por la dirección. "Todos ellos ruinosos" y, en la mayor parte, "irregulares por no pasar por el Consejo de Administración o pasar tarde", afirmó Simancas.
Bronca en el Parlamento
Una veintena de trabajadores del hospital Severo Ochoa de Leganés, que acudieron ayer al pleno de la Asamblea como invitados, pidieron a gritos la dimisión del consejero de Sanidad, Manuel Lamela, por su actitud ante las supuestas sedaciones irregulares en el centro.
Durante la comparecencia del consejero, a petición del Grupo Parlamentario Socialista, para explicar la evolución de los acontecimientos generados por las medidas tomadas por éste en el hospital, Lamela pidió a la oposición que "tenga la gallardía de pasar página" en este asunto, que, según manifestó, se encuentra en este momento a la espera de "la decisión que tomen los órganos judiciales".
Los trabajadores se levantaron entonces y gritaron a Lamela "mentiroso" y le exigieron que dimitiera. "Lo digo con orgullo, trabajo en el Severo", "embustero" y "sí, no pares, más mentiras" fueron las consignas que corearon durante apenas un minuto y medio antes de ser desalojados por los ujieres de la Cámara.
Por su parte, el portavoz de Sanidad del PSOE, Lucas Fernández, acusó al consejero de practicar "la demagogia de la extrema derecha" y le advirtió de que "el caso Lamela no se olvidará".
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