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Un millar de hectáreas han sido arrasadas desde enero, casi tantas como durante todo el año pasado

Sara Velert

El fuego ya ha consumido este año unas 1.000 hectáreas en la Comunidad Valenciana, prácticamente las mismas que a lo largo de 2004, cuando ardieron un total de 1.104, según datos de la Consejería de Territorio y Vivienda. El incendio que ha afectado a Xàtiva, Bellús y L'Olleria ha sido el más importante en extensión en lo que va de año, con 486 hectáreas de arbolado y monte bajo arrasadas.

El año comenzó mal, con un virulento incendio que se adentró en el parque natural de la Sierra de Espadán y se extendió por La Vall de Almonacid, Castellnovo y Almedíjar hasta quemar alrededor de 200 hectáreas. El fuego también se cebó con la Serra d'Irta, donde ardieron 150 hectáreas en abril pasado, y con Atzeneta del Maestrat, que perdió 214 hectáreas de pinos y matorral. Pero para encontrar una superficie ennegrecida de las dimensiones de la que ayer aún humeaba en los montes de Xàtiva hay que remontarse a agosto de 2004, cuando se encendió la Sierra Calderona y el fuego mantuvo en vilo a poblaciones como Segart y Serra. Las llamas redujeron entonces a ceniza 716 hectáreas, de las que 651 eran superficie forestal.

El de Xàtiva es el incendio de mayor dimensión desde agosto de 2004

Los incendios forestales de 2003 quemaron un total de 3.341,24 hectáreas, casi el triple que en 2002. En ese año, uno de los de menor incidencia desde 1994, el fuego arrasó 1.202,05 hectáreas. Según las estadísticas de Territorio y Vivienda, entre 1995 y 2003 las cifras anuales no han alcanzado las 10.000 hectáreas, a excepción del máximo alcanzado en el año 2000, cuando el patrimonio forestal valenciano se redujo en 6.547,77 hectáreas. El ejercicio más negro sigue anclado en 1994, cuando devastadores incendios arrasaron un total de 138.404,5 hectáreas.

Tras el incendio de los últimos dos días en Xàtiva, el verano comienza con malos augurios. La consejería señala que la temporada estival se inicia "como si continuase" la del año pasado. La humedad del suelo es similar a la que quedó tras el verano de 2004, "sin que el invierno haya desempeñado su papel habitual de recarga de reserva de aguas del suelo". El déficit de lluvias ha llevado a que las "reservas de agua en el suelo estén por debajo del 25% de su capacidad de retención", indica la consejería, "lo que supone una tercera parte que en abril de 2004".

Además, "el estrés hídrico al que está sometida la vegetación es en estos momentos similar al que tenía al final del verano pasado", afirma Territorio y Vivienda.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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