Responsables de antiguas capitales de la cultura explican su experiencia
Veintiún millones de euros ha reservado la ciudad irlandesa de Cork para los programas culturales que está desarrollando durante este año. Esta ciudad de unos 200.000 habitantes es la Capital Europea de la Cultura en 2005. Así lo explicó ayer el director de Cork 2005, Jon Kennedy, quien también apuntó que se han invertido unos 190 millones en instalaciones. La segunda jornada de la Conferencia Europea sobre Ciudad y Cultura, que se cierra hoy en Córdoba, sirvió para conocer la experiencia de varias urbes que ya han logrado la capitalidad cultural.
La cultura traducida a cifras. Eso fue lo que hicieron varios responsables municipales de cinco ciudades del viejo continente que ya han sido Capital Europea de la Cultura, algo a lo que aspiran, entre otras, Córdoba y Málaga. Y ¿cuánto cuesta organizar un evento de este tipo? La ciudad irlandesa de Cork, que ostenta la capitalidad durante 2005, ha preparado un programa cultural sustentado por 21 millones. Además, según Kennedy, en dos años, se han invertido en infraestructuras 190 millones.
Génova, que fue Capital de la Cultura en 2004, gastó 35 millones en los actos centrales y 200 más en nuevas infraestructuras y en adecentar su casco histórico, según Ana Castellano, la concejal genovesa para la Comunicación y Promoción de la ciudad. Brujas, que ostentó la capitalidad en 2002, invirtió 30 millones en el programa de actos. Según su alcalde, Patrick Moenaert, consiguieron al finalizar el año un superávit de dos millones de euros.
Pero, los responsables de estas ciudades coincidieron ayer en que el beneficio más importante que lograron fue el incremento del turismo. Cork ya ha recibido 400.000 visitas este año, lo que supone un incremento del 15% del turismo. Hasta Brujas se acercaron en 2002 dos millones de personas. Génova incrementó gracias a la Capitalidad Cultural un 18% sus visitas y las pernoctaciones aumentaron un 10%.
Beneficios
Esos son los beneficios palpables en los balances económicos. Pero, para el director del Cork 2005, hay algo más que lo pecuniario: "Hemos sembrado cultura para un futuro (...) La capitalidad no es un fin en sí mismo, es un principio...".
Una tesis muy parecida fue la que defendió ayer Sara González. Esta profesora de Arquitectura, Paisaje y Planificación de la Universidad de Newcastle fue la encargada de abrir la segunda jornada de la conferencia de Córdoba. González alertó de los peligros de que, al final, ostentar la Capitalidad Cultural o cualquier evento de este tipo pueda terminar convirtiéndose en una excusa "para regenerar económicamente las ciudades". La profesora optó por seguir un modelo "a más largo plazo", por concebir "la cultura de forma integral". Es decir, no se debe plantear la "ciudad como una empresa".
La jornada de ayer la cerró el hispanista y escritor británico Ian Michael, autor de varias novelas negras publicadas bajo el seudónimo de David Serafín. Ofreció una conferencia abierta en el Alcázar de los Reyes Cristianos sobre la relación indisociable de la ciudad y el género literario que él ha cultivado. En su opinión, la ciudad fue la que creó la novela negra, pero a su vez, los grandes autores de esta corriente han dibujado una imagen de urbe amenazante que se ha impuesto a la realidad.
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