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Francia admite que la economía apenas conseguirá crecer un 2% este año

Breton advierte a los franceses de que si no trabajan más el modelo social será insostenible

El ministro francés de Economía y Finanzas, Thierry Breton, aseguró ayer que "Francia vive por encima de sus posibilidades" y que su modelo social se financia "a crédito". Para mantenerlo, añadió, los franceses tendrán que "trabajar más". Breton reconoció que este año la economía francesa no crecerá por encima del 2%, y anunció que en 2006 los ingresos por el impuesto sobre la renta se consagrarán al pago de la deuda. El Banco de Francia alerta de la elevada deuda pública, que creció hasta el 64,7% del producto interior bruto (PIB) en 2004, y del alza de los precios de la vivienda.

Breton hizo ayer un ejercicio de transparencia en una conferencia de prensa multitudinaria. El ministro, que se labró fama de empresario mago tras sacar del marasmo a varias empresas públicas, explicó que cada francés, al nacer, asume una deuda de 17.000 euros. El modelo social francés, añadió, no es sostenible con el "modesto" crecimiento de los últimos años, por debajo del 3%, y admitió que en 2005, en el mejor de los casos, el PIB aumentará un 2%. La OCDE, que reúne a los 30 países más desarrollados del mundo, lo sitúa en un 1,4% y el mismo Instituto Nacional de Estadística filtró ayer que no cree que supere el 1,5%.

"Para financiar nuestro modelo social hay que trabajar más", apuntó Breton. En 2006 se reducirá por primera vez la población activa (entre 16 y 60 años con disposición de trabajar). El ministro criticó "algunas ideas generosas, pero falsas", como la reducción de la edad de jubilación de 65 a 60 años y explicó que en 1970 los ciudadanos pasaban el 65% de su vida en activo, mientras que ahora la media es de sólo el 45%.

Quienes quieran seguir trabajando después de cumplir la edad de jubilación, dijo Breton, podrán hacerlo y además se intentará eliminar las indemnizaciones por jubilación anticipada que reciben los trabajadores mayores de 50 años. El déficit de la seguridad social tendrá este año un saldo negativo de 11.600 millones por el aumento de las jubilaciones anticipadas.

Breton insistió en las medidas anunciadas por el primer ministro francés, Dominique de Villepin, para combatir el desempleo, que se mantiene tercamente por encima del 10%, entre las que citó: mayores incentivos para quienes buscan empleo y para las empresas que los contraten y desgravaciones fiscales para los parados de larga duración que acepten puestos de trabajo a más de 200 kilómetros de distancia de su hogar. Para responder a quienes aseguran que el índice de precios oficial no recoge la auténtica subida del coste de la vida, el ministro presentó ayer un nuevo indicador con cuatro modelos tipo: un soltero, una pareja sin hijos, una pareja con dos hijos y una pareja con tres o más hijos. Según el ministerio, entre febrero y mayo el índice bajó un 0,5%.

Elevado déficit exterior

El Banco de Francia, por su parte, añadía nuevos elementos para acabar de dibujar esta situación de estancamiento. Al desequilibrio de las finanzas públicas y el agravamiento de la deuda, decía su informe anual de 2004, hay que sumarle el déficit exterior de la balanza comercial y la escalada de los precios de la vivienda. El aumento del valor de las exportaciones, asegura el informe, es menor que en otros países como Alemania, pese a la favorable coyuntura internacional.

Christian Noyer, el gobernador del Banco de Francia, pedía ayer "esfuerzos importantes" para seguir adelante con las reformas estructurales y criticaba el recurso a las privatizaciones para reducir la deuda. "Los ingresos puntuales, no renovables", dijo, "no pueden ofrecer más que la ilusión de la mejora y no resuelven para nada los desequilibrios estructurales". El ritmo de encarecimiento de la vivienda, según el Banco de Francia, "amenaza con tener un impacto importante sobre los alquileres, y, por tanto, sobre la inflación".

Por otra parte, la jornada de huelga convocada en solitario por el sindicato CGT tuvo un seguimiento escaso. Sólo los transportes públicos de Lyón, Montpellier y Nancy se vieron perturbados. El llamamiento a manifestarse en 60 ciudades fue poco secundado. El resto de los sindicatos han decidido esperar a ver cómo se concreta el diálogo que pide el primer ministro, Dominique de Villepin, para sacar adelante el plan por el empleo. Los sindicatos prefieren esperar a la vuelta del verano para protagonizar un otoño caliente que ya parece inevitable.

AP

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